Esta frase siempre va acompañada de otra ofensiva, por lo general, contra las autoridades correspondientes. La gente se queja de los tiraderos de basura que tenemos en las esquinas de muchas colonias, sin embargo, algo nos está faltando o no estamos haciendo lo que debiéramos, porque entonces hay una falta de coordinación entre la autoridad y la ciudadanía, o al menos, eso se refleja.

 

Pasar por esas esquinas y ver las montañas de basura en cada una de ellas, con un tiradero de papeles en su entorno no es nada agradable. A veces, el radio de la basura desperdigada cubre más de 20 metros de diámetro con relación al sitio donde están las bolsas de basura.

 

Eso propicia también que haya animales que rompen las bolsas de desperdicios buscando alimentarse. Así, cuando usted comió un suculento pollo y tiró los huesos, es probable que lleguen algunos perros callejeros y rompan las
bolsas orientados por el aroma del pollo, porque tienen hambre y buscan de comer.

 

Es cuando vemos más sucias nuestras esquinas o los lotes donde se acumulan las bolsas para que pase el camión recolector. Y lo primero que hacemos es culpar a Almaraz. Como si el alcalde manejara el camión recolector o trajera las escobas para barrer. En primera instancia, hay un Departamento de Limpia que es el encargado de esta tarea: barrenderos, operadores de los camiones y recolectores son los que tienen la responsabilidad de limpiar, y se les paga por ello.

 

Por otra parte, el alcalde Óscar Almaraz ha gestionado y adquirido unidades y equipo para que la ciudad esté mejor presentada, más limpia. Y en tercer lugar, somos nosotros, los cochinos que sacamos a deshoras las bolsas de desperdicios, provocando que los animales y uno que otro pepenador rompan y tiren todo a diestra y siniestra.

 

Hay días y horarios para que la basura pase, no queramos que lo haga solamente cuando nosotros podemos. Sería muy egoísta de nuestra parte pensar que somos los principales o los únicos por los que trabaja el servicio de limpia. Somos casi 350 mil habitantes en la capital, y tenemos que pensar que el servicio es para todos y no para unos cuantos. Y en ese sentido, es menester que hagamos conciencia y tengamos un espíritu de colaboración mucho más amplio, porque si no lo hacemos, siempre viviremos en una ciudad llena de desperdicios por doquier, y no habrá autoridad alguna que pueda meter orden, el orden que compete a los ciudadanos.

 

Es muy fácil culpar a la autoridad, porque sabemos que no llegará a nuestra casa a decirnos por qué están mal las cosas, y por qué se requiere que todos participemos a manera de contar con una ciudad limpia. La basura es un gran problema de todas las grandes ciudades, y se debe enfrentar como lo que es. Bueno fuera que separáramos los desperdicios y ayudáramos en que hubiera más orden al respecto, sin embargo, nadie hacemos nada por mejorarlo. Solo nos quejamos de la residencia y ya. Y eso no es adecuado, porque le problema lo creamos nosotros, y nosotros somos los que tendríamos que solucionarlo adecuadamente, para poder vivir en una ciudad acorde a nuestras expectativas.

 

El presidente Óscar Almaraz y su Cabildo han hecho mucho ya por combatir este problema, pero si no los ayudamos, aparte de que la gente hablará mal de ellos, los principales perjudicados somos nosotros, ya que el tiradero afectará a nuestras casas e impactará en la salud de los nuestros. En otras palabras: no seamos cochinos, levantemos el tiradero, no hagamos un tiradero extra en las calles, cuando no pasa el camión que, sabemos a qué hora debe pasar. No inventemos cuentos chinos y cumplamos como ciudadanos.