Me preguntaba Sebastián, mi nieto mayor, que de qué manera se podría saber si una persona era buena o mala. Le respondí con otra pregunta:
_¿Qué diferencias encuentras tú entre el bien y el mal? se quedó pensando un minuto y titubeando me dijo:
-Pues está claro que una persona buena es aquella que hace el bien, pero me confunde el hecho de que en ocasiones yo puedo hacer cosas buenas que a otras personas les parecen malas.
-¿Y por qué una cosa que es buena para ti podría interpretarse como mala para otra persona?
-Bueno, que te quede claro, que no me estoy refiriendo a hacer cosas que puedan lastimar a los demás, tales como ofender o golpear, arrebatarles algún objeto de su pertenencia por el sólo hecho de que a mí me gusta, o estrenar ropa u otros objetos que no son míos, en esos casos, sé que no está bien y procuro no hacerlo, aunque he de reconocer que en ocasiones sí lo hago; yo me refiero mas bien, a cosas que puedo asegurarte que no son malas y las expreso de manera natural, y resulta que son tomadas o interpretadas de mala forma, tal vez porque exista animadversión contra mí y la otra persona se aprovecha para hacerme sentir mal.
-A ver dame un ejemplo.
-Si tengo hambre y voy al refrigerador y me preparo un lonche, en ocasiones me regañan diciendo: ¡Pero si acabas de comer, cómo es posible que tengas hambre! Pues sí, tengo hambre, por eso como de nuevo.
Bueno, tal vez para ti no han quedado bien claras las reglas que se establecen en el hogar, hay un tiempo para tomar los alimentos, como por ejemplo, se desayuna a las 7 am, se come a las 14:00 hs, y se cena a las 20:00 hs, y uno debe de respetar los horarios.
-Sí abuelo, pero el hambre no tiene horario, te da y te da, a poco cuando tenías mi edad no te daba hambre a cada rato.
-La verdad no a cada rato pero sí con mayor frecuencia, pero en aquel entonces, teníamos la ventaja de que en la casa de mi abuelo materno podía ir a lo que llamábamos el solar, el cuál estaba sembrado de árboles frutales y saciábamos nuestro apetito comiéndolos, pero he de decirte que tenían mis abuelos reglas muy estrictas para tomar oficialmente nuestros alimentos, de tal manera que desayunábamos, comíamos, merendábamos y cenábamos de acuerdo a los horarios establecidos.
-Bueno ahora caigo que aquellos eran otros tiempos, me da la impresión que los niños y adolescentes tenían más libertad, y tal vez más derechos.
-Tienes razón, pero la libertad la ganábamos precisamente porque aceptábamos también nuestras responsabilidades y cumpliendo con ellas, realizando trabajo de acuerdo a nuestras posibilidades, nos ganábamos la confianza de nuestros mayores, ah! y una cosa más, siempre los respetábamos, ellos fueron para nosotros un ejemplo a seguir, con todo lo que te he dicho, empiezas a definir mejor los conceptos de lo que está bien o está mal; ahora los llamamos valores y estos te hacen saber qué clase de persona eres, te permiten vivir con integridad y tomar mejores decisiones; los valores positivos más importantes, son: Honestidad, sensibilidad, gratitud, humildad, prudencia, respeto y responsabilidad.

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