Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), 64 mil mujeres y niñas son asesinadas en el mundo. Y, 14 de los 25 países con mayor número de feminicidios están en América Latina y el Caribe.
En nuestro país, la estadística oficial del INEGI indica que 9 mujeres son asesinadas al día y, que 43.9% de las mujeres en México ha encontrado agresiones del esposo o pareja actual, o la última a lo largo de la relación. Y que, otro 53.1% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja.
Y fíjese, estimado lector, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, contempla las múltiples modalidades de violencia contra las mujeres: violencia familiar, violencia en la comunidad, violencia laboral, violencia feminicida, violencia institucional, violencia docente, acoso sexual y hostigamiento sexual.
Pero hoy más allá de interiorizarnos en relación a cada una de ellas desde un enfoque técnico, emplearé este espacio para hablarles del Día Naranja.
Tal vez ya había escuchado al respecto, se trata de que -en Latinoamérica desde 1981- cada 25 de Noviembre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, en virtud de aquellas 3 hermanas dominicanas asesinadas precisamente un 25 de noviembre de 1960 por orden del Dictador Rafael Leónidas, del que eran opositoras.
Ahora este movimiento que sirve para sensibilizar a todas y a todos de la violencia que sufren las mujeres alrededor del mundo y, sobre todo visibilizarla, se conmemora no solo cada 25 de noviembre, sino cada 25 de mes, con conocido Día Naranja, con el objetivo de que una vez por mes tengamos la posibilidad de sumarnos al llamado de la no violencia contra las mujeres.
Como cierre a este texto les dejo una enseñanza que me transmitió mi madre, la Lic. Manuelita Aliyán, hace muchos años y que atesoré.
Era un 10 de mayo, día que se celebra el Día de la Madre en nuestro país y, no olvidaré que le llevé un detalle pero al tiempo que me daba las gracias, me dijo: “No importa qué día sea, a la madre se le honra con las acciones todos los días, más que con un regalo el Día de la Madre”
Considero, estimado lector, que de igual forma ocurre con el Día Naranja, y estimo también ya que en marzo se conmemora el día internacional de la mujer, que debemos hacer lo propio: Honremos con nuestras acciones diarias nuestro respeto al sexo femenino, para así construir la disminución significativa de la discriminación, desigualdad y actos de violencia contra mujeres y niñas en nuestra ciudad, estado y país. Hagámoslo, como si todos los días fueran Día Naranja…