Es importante caminar guiados por la Palabra de Dios escrita en la Biblia que se proclama en la misa dominical.

Dios hace suya la causa del pobre, y ese gesto se concreta en la historia por medio de personas elegidas por él. Las mediaciones humanas son el rostro de Dios en medio del pueblo, a través de ellas se manifiesta su cercanía y su sentido de justicia.

En el texto del Evangelio de este domingo Lc. 3:10-18, aparece nuevamente Juan el Bautista, mensajero y mediador, con una enseñanza que transmite el llamado a la conversión y a la justicia, proponiendo una serie de acciones como respuesta a quienes le preguntan ¿qué debemos hacer?

Son respuestas radicales que van más allá de lo prescrito por la ley y que se enfocan en la justicia social: compartir el vestido y la comida, cobrar lo justo, no denunciar injustamente ni difamar no extorsionar.

Dice Juan el Bautista: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con El Espíritu y el fuego son símbolos de la transformación total de la persona; por eso quien es ungido, experimentará un cambio profundo y radical comprometiéndose con las propuestas del Reino de Dios.

“Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.

El fuego que no se extingue no es, necesariamente, el infierno o el lugar de castigo. Siguiendo la pregunta ¿qué debemos hacer?, la respuesta para nosotros es: ¡Conviértanse en fuego, en llama de amor, en amor vivo, siempre en continuo movimiento, que no se extingue ni es ocioso.

Se puede orar con las palabras de la oración de la misa: “Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría”.

Que todos se preparen para recibir a Dios hecho hombre en la próxima Navidad.