Ya una vez utilizamos la inmortal frase de “Pompín” Iglesias que daba vida a su personaje Don Caritino, de la televisión que hacía reír sin vulgaridades. Hoy,. No nos queda duda que surge como “anillo al dedo” para los representantes de la aplicación y observación de la ley y la justicia en nuestro país.
Sinceramente, es una vergüenza leer esta nota, porque nos da una idea del índice de cinismo, hipocresía y abuso de autoridad que se presenta en todos los órdenes, pero… ¿en Justicia?
Vemos como parientes de todo tipo de servidores públicos tienen puestos importantes sin haber demostrado su valía más que el apellido y el cinismo de los que mandan para, arbitrariamente, colocar a los suyos en donde se atragantan de dinero, por lo general, mal habido, y con la desfachatez de todos los días se pasean impunemente, y luego nos muestran que en México no pasa nada, y que se aplicará la ley “con todo su rigor”, frase más absurda como el hecho de creer que el ex gobernador Duarte se quedará encerrado y devolverá lo robado. No: eso no existe en México… y no existirá en mucho tiempo.
Dice una nota de una prestigiada agencia de noticias que hijos, parejas, papás, sobrinos, tíos, cuñados y hasta suegras de al menos 500 jueces y magistrados ocupan plazas en tribunales y juzgados de su adscripción o de otros; el estudio fue entregado al Consejo de la Judicatura Federal –CJF- y a la Suprema Corte de “Justicia “ de la Nación –SCJN-, y abarca datos de 31 estados.
Para que nos de más coraje: según datos, 112 jueces y magistrados han utilizado sus facultades para conseguir –o crear- empleo a su esposa o pareja, 180 a sus hijos, 136 a sus hermanos y 27 a sus padres.
Además, dice el estudio que hay otros 7 mil 148 servidores públicos del Poder Judicial que comparten espacio laboral con sus parientes.
Según el artículo 97 de la Constitución, los jueces y magistrados tienen facultades para nombrar y remover a los funcionarios y empleados de los Tribunales de Circuito y los Jugados de Distrito, pero no habla de que se conduzcan con el cinismo con que lo han hecho, para dar las oportunidades laborales a los “de casa”, literalmente.
Hay uno de estos especímenes pseudo impartidores de justicia que tiene 17 parientes, entre hijos, hermanos, concuños, cuñadas, primos y sobrinos en puestos administrativos, como actuarios, secretarios de tribunal y juzgado, asesor jurídico y analista especializado.
En San Luis Potosí y Baja California, hay dos que tienen 11 parientes cada uno en nómina.
Según el diagnóstico que hizo el consejero Felipe Borrego Estrada, de 1,031 plazas en el Poder judicial, en 31 Circuitos revisados, 501 tienen familiares, es decir, el 48.6 por ciento. En Guanajuato, en el circuito Décimo sexto, 38 de 46 titulares tienen familiares: ¡el 82.61 por ciento!
Jalisco: 33 juzgadores tienen en el mismo Poder Judicial a 54 hijos, y así podemos irnos entidad por entidad, para llegar a la terrible conclusión que nos lleva a pensar en manos de quienes estamos, y por qué no nos satisface la administración de la justicia. Porque, suponemos, son familiares y no gente preparada para hacerlo.
Esta información se encuentra en la página http://contralacorrupción.mx.
Lo más triste, es que no es el Poder Judicial el único: los poderes Ejecutivo y Legislativo de todo el país “cojean” de la misma pata, es decir, están llenos de parientes que han propiciado que nuestros hijos, que tienen preparación para un cargo, tengan que emigrar ante la falta de oportunidades, porque un grupo de zánganos y vividores ocupa esas plazas, otorgadas por quienes, por aspectos que no alcanzamos a comprender, tienen un cargo como servidores públicos.
Y nadie se atreve a hacer algo. Todos nos quejamos, decimos, gritamos y hasta amentamos madres… pero una medida efectiva… nada.
Y verá el lector que en unas semanas el multi señalado Duarte saldrá li-bre y con todo lo que arrancó al pueblo de Veracruz, por casi seguras “fallas en el proceso”, práctica muy común de un sistema que huele mal.
El Consejo de la Judicatura Federal aclara en un boletín que no hicieron ellos el estudio, sino un integrante del mismo… ¿y? El problema existe.
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