En 1970, el comercio representaba 29% del producto interior bruto (PIB) mundial, en 2018 superaba el 60%. Al colonizar américa inicia un fenómeno comercial que llevó a lo que llamamos globalización. El auge de telecomunicaciones y mejora del transporte llevó a territorios hostiles y aislados a regiones interdependientes que día a día promueven intercambio y contacto.
COVID y crisis derivada lleva a científicos y profesionales a cuestionar la eficiencia del comercio global. La integración de territorios y dependencia llevó a parálisis a las cadenas de valor a fin de contener el virus y tasa de contagio y bloqueó el tráfico de mercancías con desabasto en países con dependencia de la importación tomando fuerza el movimiento proteccionista para repliegue de las cadenas de valor y favorecer territorios en los últimos eslabones en la cadena, pues de darse rebrotes y tener que vivir con COVID, el riesgo de nueva caída de las importaciones es un riesgo para esos países, que no pueden asumir.
Pese a instituciones que buscan control de los excesos del comercio y de acciones por países que puedan perjudicar a otros, la relación en el mercado global es mala. La guerra comercial China- EE. UU., es muestra. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) fallaron a favor de China en denuncias de EE. UU., pues para ambos no están fundamentadas. Se basan en uso de políticas de devaluación para favorecer la competencia comercial; algo de lo que EE. UU., acusa a China sin éxito.
Esta guerra comercial paraliza el comercio, da pie a que otras formaciones políticas tomen el mensaje de proteccionismo y control comercial Estos factores, aranceles, el debilitamiento del crecimiento económico mundial, la volatilidad del mercado financiero y la imposición de condiciones monetarias en los países desarrollados, son lastre para el crecimiento del comercio. La desaceleración sincronizada de las economías inunda el escenario de riesgo e incertidumbre y derrumban la confianza, el mejor motor de crecimiento.
Se han desarrollado figuras institucionales para modelar lo que son instituciones que amparan el orden y estructura de un mundo global. FMI, ONU, OMC, entre otras, buscan regulación democrática para tomar decisiones, resolver conflictos, en la globalización. Gracias a ellos el comercio vivió décadas de integración que lo hicieron inmune a la debacle económica. Cuando atendemos las cifras que presenta el sector exterior se ve el impulso del comercio y la creciente dependencia de ciertas economías. Luego de crisis de grandes dimensiones como en 2008, el sector que se reforzó es el comercio internacional.
China, país exportador, su apuesta por el comercio global y ocupar un puesto destacado en el comercio, en 20 años incrementó su PIB y supera al PIB de países de la Eurozona. Situación similar se da en México que tiene el Tratado de Libre Comercio con EE. UU., y Canadá para paliar la crisis.
Un estudio realizado por la Universidad de Yale muestra que los países que poseen economías orientadas al exterior son los de mayores ratios de crecimiento pues la apertura promueve crecimiento económico firme que con economías cerradas. El informe sobre comercio de la OMC señala que no deja de crecer y expandirse y beneficia a más economías en el planeta, incluyendo las que están en desarrollo queo superan los resultados de las economías desarrolladas en lo que respecta al comercio mundial en los últimos diez años.