En la toma de decisión de política en gasto social por el presidente López se aprecian dos aspectos importantes, fundamentales, pues el efecto de las medidas impacta de manera negativa el bienestar nacional, la ausencia de indicadores y de evidencia para calificar, y la descalificar la actuación política de gobiernos pasados, que por supuesto cayeron en actos de corrupción de múltiples maneras. El presidente López decide como fascista, pretende acabar la historia política del país y crear una, no busca con sus decisiones mejorar lo construido por décadas de esfuerzo, no pretende reducir fallas en los sistemas establecidos y no acota la corrupción de manera alguna, reiteradamente señalada por el candidato López, como madre de todas las culpas en México.

Erradicar la pobreza y la pobreza extrema, y la reducción de la desigualdad siguen siendo desafíos para México. Desde 2015 se han registrado retrocesos, en pobreza extrema, preocupante en contexto de bajo crecimiento económico.

Es imperativo desarrollar y fortalecer política pública de protección social y del mercado de trabajo, no mostrar pasividad ante eventos de huelgas como los que se registran en Matamoros. Cierto que parte del atractivo para el capital, es que el salario que paga en México es bajo, con aumento mínimo, sin embargo miles de familias obtienen sustento y seguridad social. Hoy, gran parte de esas familias están sin empleo, así que se sumarán al gasto público de ornato del presidente López. Es fundamental no gastar, invertir en proteger y preservar el gasto social, fortalecer la institución social y laboral, pero en México se castiga el empleo pues alguien se enriquece. Se pierden empleo, riqueza, y se compra votos con los programas de ornato social creados por el presidente López.

La red de protección social que se amplió y fortaleció a partir de la década de 2000 hasta mediados de la presente década, ha cumplido un rol fundamental para contener deterioro distributivo y evitar mayor retroceso en pobreza y en extrema pobreza, y desigualdad de ingresos. El gasto social se duplicó entre 2002-2016, fundamental para la expansión de la política social y del mercado de trabajo, pero el nivel de gasto social del presidente López es inferior a los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos y de la Unión Europea, y genera exclusión a la salud al desaparecer el Seguro Popular sin disponer de una herramienta de atención a la salud para 55 millones de mexicanos y además indicar el presidente López, una reducción presupuestal criminal, que deja en indefensión a millones de mexicanos pues los hospitales carecen de insumos para atenderlos. El presidente López desacata el mandato constitucional que asegura la atención a la salud como garantía constitucional en México.

Sin política pública adecuada que aborde promoción de la formación y empleo en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, que evite la precarización del empleo y que promueva la corresponsabilidad en los sistemas de cuidado, la sociedad mexicana va directo, ahora si, al despeñadero que tanto señalaba el presidente López, quien resultó excelente para regalar el patrimonio nacional, creando una nueva manera de corrupción que contamina a los mexicanos.