Nace de lo más profundo del ser, de ese universo infinito del que formamos parte, nace, de la mayor de las fuerza que ha conocido el hombre, de aquello que concebimos como amor y percibimos a través de nuestros sentidos como ondas de sonido o de luz, vibraciones, estremecimientos, movimientos todos, que generan sacudidas interiores para despertarnos del sueño del conformismo, de la apatía, para sacarnos del estado de confort que nos mece, para recibir sólo aquello que nos llega por inercia y no nos permite dar salida al egoísmo, a la indiferencia, a todo sentimiento mezquino que ocupa un gran espacio en nuestro corazón.
Muéveme mi Señor, que la fuerza de tu amor haga vibrar todo mi ser, para despertar en mí el amor de los amores, el canto que sensibiliza y armoniza para bien todas mis acciones; muéveme mi Dios, para ejercer mi vocación de misionero por el camino que tienes destinado para mí.
Muéveme Jesús, mi salvador, con la fuerza de tu palabra que es agua viva, que ha quitado para siempre el sentimiento de orfandad espiritual que padecía, ahora sé que tengo un Padre celestial, que me conduce por el camino de la verdad hacia la vida eterna.
Viento frío de la mañana que me despierta a la vida y sacude de mi cuerpo el polvo de la desidia y la falta de misericordia, que aligera mi peso, para alcanzar la voluntad de aquél que pagó mis deudas, que con el pecado había contraído por permanecer ciego y sordo a su divina palabra. Viento tibio vespertino que da calor a mi cuerpo, enfriado por el desatino de mis andanzas por el camino equivocado, que obscurecía temprano la claridad de la luz de mis felices días, que me ofrecía la sabiduría obsequiada por el Mesías.
Él llegará a ti, irá a tu encuentro, llegado el momento lo sabrás, porque todo lo que viene de Dios no permanece en la oscuridad. Él te tocará de la manera más sutil y sentirás tu corazón lleno de gozo, entonces te moverás en la dirección correcta y no habrá fuerza que pueda detenerte, y no habrá más poder que el que Dios imprimirá sobre la tierra, para hacer despertar a todos aquellos que se han dejado arrullar por la palabra del lobo con piel de oveja.
Dios Padre nos ilumine con su sabiduría, para reconocer el camino que ha trazado para todos sus hijos.
Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
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