Comprende acciones y decisiones que las autoridades de cada país toman en el ámbito de la economía. A través de su intervención se busca controlar la economía para proporcionar estabilidad y crecimiento económico, estableciendo directrices para su buen funcionamiento. A medida que un gobierno establece una política, se encarga del control de diferentes factores económicos importantes en la vida del país, como presupuestos del estado o el mercado laboral. El Estado conduce la economía de su territorio con las herramientas de la política económica.
Entre los objetivos de la política económica hay a corto plazo (coyunturales) y a más largo plazo (estructurales) A corto plazo: Empleo. Estabilidad de precios. Mejora de la balanza de pagos. A largo plazo: Expansión de la producción. Satisfacción de las necesidades colectivas. Mejora de la distribución de la renta y la riqueza. Protección y prioridades a determinadas regiones o industrias. Mejora en las normas de consumo privado. Seguridad de abastecimiento. Mejora en el tamaño o en la estructura de la población. Reducción de la jornada laboral. Disciplinas de la política económica. Mediante el control de las variables económicas un gobierno puede estimular la economía.
Según las herramientas que utilizan las autoridades podemos distinguir dos disciplinas de política económica: Política fiscal: Se centra en la gestión de recursos de un Estado y su Administración. Está en manos del Gobierno quién controla los niveles de gasto e ingresos mediante variables como recaudación impositiva y gasto público para mantener un nivel de estabilidad en los países. Puede ser expansiva o restrictiva. Política monetaria: Controla los factores monetarios (masa monetaria y tipos de interés) para garantizar la estabilidad de precios y el crecimiento económico. Puede ser expansiva o restrictiva.
La política económica debe contar con coherencia, coordinación e integración de las medidas fiscales y monetarias de las que se conforma para lograr los objetivos. Un buen empleo de la política económica permite a un país lidiar con problemas sociales y coyunturales; inflación, pobreza, contribuir al crecimiento económico. La política económica es específica de cada país o región. Se elabora atendiendo a las características de cada territorio y no es posible obtener idénticos resultados en dos países pues existen factores sociales, geográficos o ideológicos que convierten a cada país en único.
Existen organismos internacionales que influyen en la toma de decisiones en una política económica en específico, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Reserva Federal o el Banco Mundial. De igual modo, la política económica está estrechamente relacionada con las tendencias ideológicas y políticas existentes en el mundo y representadas por los poderes políticos de cada país.
Aquí entra en conflicto la ideología. López odia a esos organismos. Le representan instrumentos de dominio, no herramientas de crecimiento y desarrollo; oportunidad de riqueza de imperialistas, no acceso a una palanca económica, corrupción y poder dañino, y lo peor, los ingresos de México se tronaron y así seguirán por tiempo indeterminado. Remesas de mexicanos radicados en estados Unidos, turismo internacional, petróleo e industria tardarán años en recuperar el nivel de desarrollo, inversión y crecimiento que habían logrado
Previo al COVID-19, México mostraba bajo crecimiento, espacio limitado de política fiscal y conflictos sociales crecientes. COVID-19 impacta con paralización de la actividad económica doméstica y fuerte recesión en la economía mundial. Sus efectos generan la recesión más grande desde 1914 y 1930. El PIB de América Latina caerá más de 5% en 2020. El desplome del comercio internacional aumentará la recesión. Se prevé aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad. Las medidas de apoyo deben ser reforzadas y requieren financiamiento. Es urgente acceder a recurso a bajo costo con apoyo flexible de organismos financieros multilaterales, alivio del servicio de la deuda. Además, es vital repensar las alternativas de reactivación a la luz de los cambios estructurales que ocurrirán en la globalización y el mundo post COVID-19.
México no tiene capacidad para estimular la economía bajo la política actual, menos aún para ir en busca de energía limpia, ampliar la agricultura para ser sostenible, des fusionar la economía por regiones para generar riqueza al paso de cada una de las que conforman el país, sin caer en el atraso tecnológico y empeorar el bienestar social. No se trata de ser familias con huertos, se trata de ser un país sustentable que diga al petróleo, gracias por traernos hasta aquí.