Decir no pienso en nada, podría traducirse en ausencia de todo, y la verdad, mi nada y mi ausencia, son sólo producto del oscuro momento por el cual estamos pasando los ciudadanos del mundo.
Decir no pienso en nada, me dejaría fuera del todo del que formamos parte, y nadie, por más lejos que se encuentre, podría ser ajeno a nuestro pensamiento.
Decir no pienso en nada, es un intento fallido por engañarme por vivir en la ausencia obligada, que exacerba la ansiedad previa, originada por un exceso de todo, que condujo inevitablemente al hastío y a la impotencia provocada por el desorden que ocasiona la falta de confianza, la mentira y la complicidad, de aquellos que secuestran la libertad y aniquilan la esperanza.
Decir no pienso en nada, me obliga a gritar, que quisiera sentir que no nos está pasando nada, por ausencia de la verdad que genera la falsa seguridad, de que la raza humana, no necesita de una gran calamidad, para mostrar que forma parte integral e indisoluble de la humanidad, que aunque dispersa por todo el mundo, está tan anhelante de paz, de justicia y equidad, para no sentirse vacía cuando la incertidumbre nos pone al borde del derrumbe.
Decir no pienso en nada, podría darle paso a la renuncia de seguir defendiendo los valores, que apuntalan nuestra libertad de poder elegir vivir sin angustias, sin incertidumbres, ni temores sembrados, para acrecentar nuestra dependencia, a la autoridad de los siempre falsos redentores, que viven en la opulencia insultante, por sentirse dueños y señores.
Decir no pienso en nada, me estimula aún más, para darme a la preocupante tarea, de saberme con conciencia, para resistirme a la cruel indiferencia en la que todos hemos caído por temor o por vergüenza.
Decir no pienso en nada, es desviar la mirada a una realidad, cuando la necesidad, nos pide que abandonemos la costumbre de seguir evitando confiar en la única verdad que nos puede salvar, y es la que despierta la plena conciencia de que podremos vencer cualquier fuerza del mal, con sólo pedirle a Jesús, con sincera humildad, que nos ayude.
Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com