Ámame Señor, como siempre lo he sentido,
guíame en la oscuridad de mi inconsciencia,
quiero seguir siendo para ti el consentido,
no lo merezco, por piedad tenme paciencia.

Ámame Señor, que del mal estoy arrepentido,
ayúdame a ser fuerte cuando me falte tu presencia,
dame tu amor para tener el rumbo definido,
que necesita mi vida, para marcar la diferencia.

Ámame Señor, cuando esté muy triste y abatido
por el dolor causado por lo gris de mi ausencia,
ampárame mi Dios, cuando me sienta perdido,
y quédate en mi corazón y en mi conciencia.

Ámame con la esperanza de ver mi anhelo concedido,
de vivir una vida nueva, y perdonando la ignorancia
de haber vivido a la deriva, habiendo sido bendecido
al estar cerca de Ti y no en la soledad de la distancia.
Ámame Señor y escucha la oración que te he ofrecido,
aleja de nosotros este virus cruel, de mala influencia.
¡Oh Jesús! tú que por amor, a la muerte has vencido,
sálvanos con el poder de tu divinidad y omnipotencia.

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