Francisco J. Hernández Montemayor

Después de la salud, la educación escolarizada ha sido una de las prioridades de las familias y comunidades en todo el mundo; y desde los movimientos estudiantiles del 68 y 71 la educación se volvió un fenómeno masivo en todo México y también el medio más efectivo para el ascenso social, facilitando la incorporación de las nuevas generaciones a los empleos profesionales urbanos y para industrializar la producción agropecuaria y pesquera.

Hasta ahora, la educación formal y escolarizada era la forma más efectiva para disminuir la desigualdad y la injusticia social. Bajo las condiciones de La Pandemia, sobre todo del “distanciamiento social”, la enseñanza-aprendizaje se desescolarizó temporalmente, aplicando de manera generalizada e improvisada la educación a distancia, en comunidades y aulas virtuales que se “encuentran” en la internet, o en la televisión abierta, dependiendo del equipo de cómputo y telecomunicación de cada familia.

Para realizar esta tarea, muchas madres de familia dejaron su trabajo, se enfrentaron con multitud de restricciones tecnológicas y variaciones individuales, condicionadas por la capa social en donde cada quién se ubicaba al momento del cierre escolar.

Ahora será necesario partir de una evaluación del aprovechamiento en la pandemia y diseñar un semestre para poner al día a los alumnos rezagados y nivelar a los grupos, subdividirlos y hacer una semana escolar hibrida, mitad presencial y mitad virtual, disponiendo de mas espacio y personalizando la atención de los alumnos según cada caso.

La gran noticia de la semana para los mexicanos y particularmente en Tamaulipas, es el inicio del proceso de vacunación del magisterio, otorgándoles la más alta prioridad para volver a atender al estudiantado desde las aulas físicas; la otra buena noticia, es que la pandemia desmitificó a la escuela como único medio de educación formal y la gran mayoría experimentó con la escuela en línea o por televisión y se detonaron las habilidades digitales de una gran cantidad de personas.

Desde su llegada el nuevo gobierno ha tenido que hacer un acuerdo con el magisterio para la Reforma Educativa -V.4T- y hacer cambios en la Constitución y en la expedición de leyes generales reformadas; la elaboración del modelo de “La Nueva Escuela Mexicana”, con materiales didácticos de acuerdo a nuevos contenidos, anticipándose al introducir los temas para una vida saludable desde la educación básica; más recientemente se actualizaron los libros de texto y desde luego la producción y distribución de los materiales y ediciones digitales, en video y en páginas interactivas, que podrían llevarnos a la nueva “norma” educativa, que promete ser mucho más innovadora, tecnificada, flexible y sin barreras sociales, ni físicas.

El mayor reto ahora para el regreso a clases ya no será la inmunidad que nos promete la vacunación, sino el mandato para que “los educadores sean reeducados” de manera urgente y con enfoque al desarrollo de las habilidades digitales y a las presentaciones en línea; la interpretación didáctica de los nuevos contenidos científicos y el manejo de las tecnologías para demostrar el conocimiento y favorecer que los estudiantes apliquen los conocimientos; y sobre todo, que logren desarrollar las habilidades y capacidades que la sociedad local y global necesitarán para resolver sus desafíos existenciales, en un contexto de envejecimiento demográfico, de automatización de las operaciones diarias, de la descarbonización del ambiente y las nuevas formas de trabajo intelectual y tecnológico.

Desde la infancia se necesita el desarrollo de la curiosidad, la creatividad y la experimentación en equipos inteligentes, que se adaptan a las soluciones que exigen los nuevos retos de la existencia urbana o rural, para eso se va a requerir una nueva generación de educadores que posean y dominen la mentalidad sintética, la pedagogía y los conocimientos requeridos para lo que resta del siglo 21, exponiendo la nueva narrativa de la ciencia.

Los materiales escolares habrán de transformarse en equipos de cómputo portátiles para todos los estudiantes de secundaria en adelante, así, toda su bibliografía y notas estarán digitalizadas, siendo muchísimo más eficiente, económico y sin ocupar espacio. Esa será una gran ventaja y desde luego que debe de ser la mayor prioridad en la asignación de recursos para el regreso a la escuela, por eso se requiere dotar de una computadora a cada estudiante.

La reeducación de los educadores habrá de ser paralela a la adaptación a la nueva “norma” educativa, lo cual multiplica la dimensión del reto a encarar, solo para considerar nuestras condiciones locales, en Tamaulipas se atiende a 1,023,098. estudiantes, con 54,279 profesores en 6,401 escuelas; y de los 60 mil niños que ingresaron a la primaria al inicio de siglo, han estado egresando 28 mil con estudios superiores cada año y forman la 3ª parte de los desocupados en la actualidad.

Numeralia:

Viviendas con computadora en Tamaulipas: 380,911
Estudiantes escuela pública de secundaria a superior:377,634
Costo de 380 mil computadoras escolares: $760 millones.
Presupuesto para educación en el 2021: $26,366, Millones.

Fuentes: Censo Población y Vivienda 2020 (inegi.org.mx)
https://www.tamaulipas.gob.mx/educacion/wp-content/uploads/sites/3/2020/05/anuario_estadistica_2019-2020.pdf

Microsoft Word – Dec-283 PRESUPUESTO 2021 actualizado 14 dic 2020 (congresotamaulipas.gob.mx)
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