El optimismo que mostró durante su visita a esta capital el dirigente nacional del Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortés, tiene sus motivos en la numeraria de votos, cargos de elección popular pero sobre todo gubernaturas y gobernabilidad en la mayoría de los Congresos de las 32 entidades de la república. Que son en definitiva un activo importante de ese instituto político de caras a las próximas elecciones donde se disputa la presidencia de la república.

Aunque por algunos momentos se percibe una cierta desintegración y división de ese partido, también han surgido ciertos contrapesos promovidos por gobernadores y ex gobernadores que dan equilibrio al juego de los grupos de poder de ese partido.

Y no obstante que pareciera que aún queda tiempo para la elección del próximo año, los cierto es que el proceso inicia dentro de algunos meses de este 2017, por ese motivo la efervecencia de las dirigencias partidistas cobran mayor protagonismo y relevancia, debido quizá a que en esos cargos se esconde más de uno de los figuraran en las boletas electorales de la próxima elección federal.

Durante la conferencia con los medios de comunicación, Anaya destacó que su partido paso de gobernar en cinco a doce gubernaturas en los últimos dos años. Resultados tangibles pero que además posiciona con firmeza a ese instituto políticos.

Lo que no deja de ser sintomático en ese partido, ya que en los mejores tiempos de Acción Nacional en los doce años de gobernar en la presidencia de la república, ese partido no logro posicionarse en las entidades de la república.

Quizá se debe al protagonismo enfermizo de los presidentes de la república emanados de ese partido. Una última expresión de ese perfil, es la expulsión del ex presidente mexicano Vicente Fox Quezada, de Venezuela, donde fue declarado “non grato” en ese país. Que finalmente motivo que el ex presidente botudo saliera de esa nación.

Sin embargo, lo que se ve no se juzga, los resultado allí están. A la par que el país ha vivido en las últimas dos décadas un periodo de inestabilidad política, resultado del despertar de sus ciudadanos. Así como una decadencia de la economía interna, evidencia de esto es que en el 2017, el mejor pronóstico de crecimiento económico no superara el 2 por ciento sino apenas el 1.98 por ciento.

Debido al nocivo planteamiento de los tecnócratas que por décadas se sintieron dueños de las directrices económicas y políticas, que fortalecieron las exportaciones pero debilitaron el mercado de la economía interna.

En contrapelo de la expansión panista que gobierna una docena de entidades del país. Precisamente una docena de ex gobernadores de PRI son procesados o perseguidos por deficiencias en la administración de los recursos y lo más grave aún, que algunos de estos sean perseguidos por vínculos con grupos delictivos.

En este contexto viene a bien citar el hecho de que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público clasifico en los últimos días en “semáforo amarillo” la deuda contratada por el ex gobernador de Oaxaca, Gabino Cue, que heredó pasivos a corto plazo con prestadores de servicios por más de 2.4 mil millones de pesos. Mientras que los pasivos a largo plazo superan los 14 mil millones de pesos. Por cierto, un paisano de Cue fue designado delegado especial para el PRI de Tamaulipas, como es José Murat Casab.

Quien por ciento tendrá que “lidiar” de entrada con las aspiración del ex alcalde reinosense Oscar Luebbert Gutiérrez, de quien se presumen vínculos con la delincuencia.

En otro orden, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca se mostro complacido de recibir en esta entidad al dirigente nacional de su partido Ricardo Anaya Cortés. Mientras que en menos de un año Francisco Elizondo dirigente estatal de Acción Nacional presentó la estructura de ese instituto en los 43 municipios tamaulipecos y se pronunció listo para la próxima contienda electoral. Lo que le valió para que el dirigente nacional considerara que la dirigencia estatal de Acción Nacional, es un modelo de organización para el panismo nacional.