En una ocasión, escuché hablar con un lenguaje inapropiado a mi nieto Emiliano, que ya es un adolescente, sin enfadarme, le pedí que moderara su vocabulario, porque sus palabras eran muy ofensivas, él sin mostrar pena alguna, me dijo: Abuelo este lenguaje es lo de hoy, así hablamos los adolescentes en esta época, no tiene nada de malo hablar así, tú te espantas, porque en tu tiempo de adolescente, seguramente no utilizaban muchas palabras altisonantes, tenían un vocabulario menos realista, menos franco, y tal vez, sí utilizaban palabras crudas, pero se medían porque estaba muy mal visto por la sociedad y era sancionado severamente por los adultos.

Me quedé preocupado por la idea que tenía del uso del lenguaje, y más, que me lo dijera sonriendo, sin evidenciar pena en ello, entonces, le pedí de favor me regalara unos minutos para aclarar la situación y accedió. Tienes razón al decir que en nuestro tiempo también se escuchaba un lenguaje grosero, pero lo utilizaban precisamente aquellos que buscaban ocultar o simular su quebranto emocional, debido a los múltiples problemas que enfrentaban en el seno familiar, de hecho, la gran mayoría no sólo utilizaba ese tipo de lenguaje, también mostraba una conducta irregular, buscando constantemente confrontaciones con todos aquellos que representaban una autoridad o con las personas que privilegiaban los valores positivos y las buenas costumbres; de hecho, en las vecindades o barrios, buscaban afanosamente el liderazgo para someter a los que llamaban los más débiles, incitando a sus seguidores a cometer ilícitos, algunos llegaron a cometer delitos mayores y por violar las leyes se les privó de su libertad; si estás poniendo atención a lo que te comento, habrás notado que el lenguaje irregular siempre evidenció, en nuestro tiempo, una problemática social que detonó en detrimento del bienestar de la comunidad, de hecho, en la actualidad, si tú entablas una plática con una persona que use ese vocabulario, tratarás de evitarlo, no porque te asuste, pero tu intuición te alertará sobre el riesgo que representa para tu integridad física, mental y espiritual.

Te diré que en toda mi vida, jamás les falté el respeto a mis mayores, eso reflejó siempre la buena educación que recibí de mis padres. Ahora dime ¿cuál es el modelo que has elegido para mantener la estabilidad y una buena posición dentro de la sociedad? Muchos jóvenes como tú han olvidado que a través del buen uso de la palabra se llegará siempre a buen destino. ¿Cuánto tiempo ha pasado que no recuerdas las palabras mágicas? Emiliano había dejado de sonreír y nerviosamente dirigía su mirada a los lados o al suelo, sus manos estaban dentro de los bolsillos de su pantalón como denotando algo de pena, y rompiendo el silencio, me dijo: ¿A qué palabras mágicas te refieres?

A las que se convierten en la llave que abre todos los corazones: Amaras a al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, y amarás a tu prójimo como a ti mismo. Si te dieras una oportunidad para asimilar lo que hoy te digo, encontrarás el camino, la verdad y la vida.

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