Lamentable los efectos del sismo que afecto a ocho estados de la república, aún se desconocen los efectos del fenómeno en la región del sureste mexicano además de otras entidades como Hidalgo, además del Estado de México y la Ciudad de México. El epicentro tuvo lugar Oaxaca con daños severos en Puebla, Tlaxcala, Morelos e Hidalgo, se trata de regiones a donde un segmento relevante de población ha sido desplazada de las entidades del norte por la inseguridad, sin embargo, siguen siendo víctimas de la angustia pero ahora derivada de la naturaleza.
Y por si fuera poco, anoche se desplomó un helicóptero oficial cuando funcionarios del estado y la federación se disponían a sobrevolar las regiones afectadas en el Estado de Oaxaca, como son el gobernador de esa entidad Alejandro Murat y el secretario de gobernación Alfonso Navarrete, el reporte oficial habla de 13 personas fallecidas.
El lugar del epicentro forma parte de una de las regiones más pobres del país y con mayor recurrencia de fenómenos de esta naturaleza, que aún no se recupera de los daños registrados el año anterior a consecuencia también de sismos.
Y lo preocupante es que seguirá temblando en el país, pero son “temblores” de otra naturaleza, ya que estos golpean la bolsa de los trabajadores y las trabajadoras mexicanas, que en definitiva incrementan la incertidumbre de los ciudadanos respecto a cómo obtener el sustento básico para el hogar así cómo resolver el encarecimiento de los artículos de la canasta.
Una muestra de esta circunstancias que no se aleja de las familias de cualquier nivel económico, son las lecturas que hacen y sugieren calificadoras con Fitch Rating, que consideran el 2018 como un año desafiante para el sistema financiero mexicano.
En su lectura no dejan de poner de relieve la incertidumbre que generan dos acontecimientos que tienen un lugar preponderan en el 2018. Como son el proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la elección presidencial del primero de Julio.
La calificadora de temas económicos, insiste desde finales del año anterior que el sistema financiero mexicano está obligado a superar las dos incertidumbres como es la elección presidencial y la renegociación del Tlcan.
La lectura de Fitch pareciera reflejada en las expresiones del secretario de economía Idelfonso Guajardo Villarreal quien encabeza la renegociación del Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá. Quien no descarta un escenario que hasta hora no existe.
Es decir que no hay certidumbre de que se renueve el Tratado Comercial y, por ese motivo ve desde meses atrás la necesidad de encontrar nuevos mercados, como una medida alternativa.
Asimismo advierte una eventual ruptura que tendría consecuencia relevantes en la economía y las finanzas mexicana, debido quizá al intercambio natural y espontaneo de los mercados de México y Estados Unidos.
Guajardo considera asimismo que el impacto mayor sería el “valor de la etiqueta del Tlcan. Valor que estaría determinado por la certidumbre y no estrictamente por el acceso a los mercados.
Y no obstante, que asegura que México tiene viabilidad de crecer en exportaciones con y sin el Tlcan, sigue invocando la certidumbre y la disciplina que es lo que valora la economía de mercados. Ya que estas dos circunstancias se traducen en protección a la inversión.
Que es en definitiva una de las premisas de los inversionistas y de los capitales que mueven la economía de los tres países que hacen región desde finales del siglo anterior.
Ante la eventual cancelación del Tratado, el negociador principal del gobierno mexicano, indica también que es necesario, que el país debería estar preparado a corto plazo y de esa manera responder a las variaciones de los mercados financieros.