“Los hombres sólo se unen con sinceridad socialmente, cuando se trata de reventar a un tercero”…
Enrique Jardiel Poncela
Si existe un punto de coincidencia sobre cuál es la receta que debe aplicar el próximo gobierno de Tamaulipas para tomar totalmente las riendas del Estado, es éste:
Controlar al Poder Legislativo.
No hay lugar para interpretaciones, sin el dominio del Congreso, sea local o nacional, ningún gobierno estatal o federal puede, como asienta la voz popular, llevar la fiesta en paz.
Es perder el tiempo citar ejemplos de cómo afectan a una administración pública los desencuentros entre el Ejecutivo y las cámaras correspondientes. Están a la vista de todos y calan hasta en los huesos. Gobernar llega a ser casi un drama un día y el siguiente también.
En Tamaulipas aún no toma posesión el gobernador electo y ya el Congreso estatal es una Torre de Babel en donde nadie entiende a nadie o peor aún, nadie quiere entender a nadie. Sí, parece un escenario digno de un mercado persa, en donde el interés también es sacar tajadas personales y no alcanzar beneficios sociales.
Pero…
La operación rescate está en proceso. Le expongo lo que se logra ver sobre la mesa.
El primer paso lo dio el propio Américo Villarreal cuando envió un mensaje conciliador para reconocer la estatura política de los diputados de oposición. Abrió una puerta que a algunos les gustaría cruzar desde ahora pero todavía no se atreven por el poder aún vigente que los controla.
Y ayer, el segundo paso lo dio la bancada de Morena.
Regeneración Naconal dio a conocer una nueva embestida, trasladada al terreno penal, con denuncias contra el Gobierno del Estado y un juicio político contra los diputados de Acción Nacional. Subrayo: Diputados del PAN.
A ver.
¿No existe una alianza entre el PAN y el Partido Revolucionario Institucional para sacar adelante iniciativas y reformas?
Si el tricolor es corresponsable de esos movimientos, ¿por qué entonces no incluyeron a la fracción del PRI en su embestida?
La respuesta se antoja obvia: Están pavimentando el camino para un acuerdo con los priístas, que significan –siempre lo han sido– la diferencia para ser mayoría. Sin el ex invencible, el panismo pasará las de Caín.
¿Es posible esa recomposición de fuerzas?
Tal vez en estos momentos no, pero la postura del PRI en ese contexto la ha dejado clara su dirigente en la Entidad, Edgar Melhem, al señalar que la alianza partidista todavía persiste, pero lo que construyó esa contienda electoral, dijo, no significa plena sumisión legislativa.
Melhem siempre se manifestó en contra de esa suma de fuerzas, lo que le costó una larga etapa de intentonas azules de derrocarlo en el mando estatal, pero acató una instrucción jerárquica que hoy se tambalea junto con su presidente nacional. Las circunstancias cuentan y mucho.
Como dice la voz popular, estamos platicando, pero si el próximo Ejecutivo estatal logra sumar al PRI a su causa sería un singular record dificil de registrar en un Congreso Local:
Que la mayoría del mismo cambie tres veces en una misma Legislatura.
Démosle tiempo al tiempo…
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