En el 2022 habrá elecciones para elegir un nuevo gobierno estatal en Tamaulipas, y la
persona que resulte ganadora del proceso electoral se enfrentará con un estado extremadamente endeudado, ergo tendrá una ardua y grandísima responsabilidad en sus manos, así que, si existen candidatos poco sensibles a la situación real del estado y solo quieren el cargo para satisfacer intereses personales o de un grupo, es mejor que ni se acerquen a buscar el trabajo. Tamaulipas tendrá una vacante laboral en varios meses y esperemos que la persona correcta con los intereses correctos, nos pida el trabajo.

El balance fiscal es la diferencia entre los ingresos y el gasto público. Este balance puede ser negativo y tener como resultado un déficit, o puede ser positivo y arrojar un superávit. Los grandes déficits fiscales consecutivos son sumamente perjudiciales para la sostenibilidad de las finanzas públicas. Cuando el nivel de deuda pendiente es alto, el costo de pagar esa deuda (pago de intereses) puede llevar a un país, estado, municipio, empresa u organismo a aumentar su déficit, lo que supone una dificultad para la sostenibilidad fiscal. Al contrario, las mejoras en el balance fiscal a lo largo del tiempo señalan una buena salud fiscal. Las mejoras son el resultado de una combinación de los siguientes factores: compromiso político con la disciplina fiscal, acuerdos institucionales sólidos para la elaboración del presupuesto y/o un desempeño favorable de la economía.

La deuda del gobierno que existe en Tamaulipas representa las obligaciones financieras pendientes del Gobierno actual y los anteriores, y hoy en día, ya se ha vuelto casi insostenible, y lo preocupante es que esta deuda que han contraído las administraciones públicas estatales y municipales, no se ha visto reflejado en mayores y mejores servicios públicos o en reducciones notorias de la pobreza en el estado.

Los gobiernos deberían de gastar dinero para proporcionar bienes y servicios, redistribuir el ingreso y perseguir objetivos de desarrollo económico. La cantidad de recursos financieros gastados por los gobiernos proporciona una indicación acerca del tamaño del sector público. Sin embargo, el tamaño del gobierno no refleja necesariamente su desempeño. A pesar de que los gastos públicos suelen ser menos elásticos que los ingresos públicos, también son sensibles al desarrollo económico asociado con las condiciones macroeconómicas y el ciclo económico. También reflejan las decisiones políticas del pasado así como las actuales.