Así de claro es: observar la ley correspondiente y hacer caso a sus ordenamientos, sus indicaciones y, de no ser así, aceptar las infracciones por la violación de un documento que nos marca la forma de conducirnos en la sociedad para convivir pacífica y tranquilamente todos.

Imagine el lector si cada quien hiciéramos lo que nos da la gana en todo momento, habría una anarquía tal que viviríamos golpeados, insultados, agredidos y más, sobre todo por esos descerebrados que no tienen idea de lo que es la legalidad.

Al columnista, por ejemp0lo, le parece absurdo que la velocidad en la ciudad como límite marque 50 kilómetros por hora, y cuando circula trata de hacerlo dentro de los cauces de la ley; de otra forma, debería irse a vivir a un sitio donde no haya leyes y pueda hacer lo que quiera, lo cual es poro práctico.

Resultado: a cumplir tal y como se establece; en caso de no estar de acuerdo, buscar a través de sus diputados -que es algo menos que nada- la forma de reclamar y proponer cambios conducentes. Mientras, a cumplir.

Lo anterior viene a colación por los argumentos que manejan miembros del grupo político denominado Morena, y que aseguran que es una vendetta política, una gran venganza la multa que les ha impuesto el Instituto Nacional Electoral por no haber cumplido una ley clara a todas luces.

O sea, que el criterio morenista es: “Si me favorece, es legal, y si no, es trampa y venganza política”. Nos recuerda a aquel candidato y partido que decía cuando perdían: “fraude electoral”, pero cuando ganaron dijeron que fue “un ejemplo de democracia, civismo y respeto a la voluntad popular”.

Los adoradores de López Obrador aseguran que lo del fideicomiso es legal, que se usó para los damnificados, sin embargo, olvidaron que hay procedimientos y se deben cubrir, y Morena NO cubrió lo que la ley establece.

Por tanto, es fuera de ordenamiento legal lo que hicieron, suponiendo que lo hayan hecho co la mejor voluntad del mundo, a pesar de que todos vimos en Televisión abierta los carruseles de unos cuantos retirando miles de pesos sin comprobante.

La ley es clara y debe documentarse todo. Así de sencillo.

No se necesita ser superdotado para entender que las leyes se respetan sí o sí, que no hay vuelta de hoja, y que el que no quiera respetarlas vive en el ilícito, en la ilegalidad, como ha sucedido en México.

Algunos morenistas se justifican diciendo “Meade y Anaya también malversaron”; entonces, ¿Si otros hicieron mal, se justifica que yo yaya hecho mal?

Argumento por demás descabellado, porque ponen en un predicamento al que ganó las elecciones y que aseguró que sería un gobierno honesto.

¿Cómo creer que será honesto si violaron la ley parar este asunto?

¿Qué podemos entonces, esperar de su administración? Ya no hablemos de las fichitas que se han afiliado y cubierto de impunidad, sino de lo que viene para México.

Desde un principio debieron sacar los documentos y exhibirlos para demostrar que no hicieron nada fuera de la ley; quien les maneja cosas de dineros deberían de correrlo y consignarlo por ineficiente y falto de probidad.

Y deben olvidarse de que estos asuntos se llevan a la práctica en tribunales y no en los medios: ningún medio es juez, y el llevarlos a la televisión es puro afán sensacionalista y ganas de hacerse mártires.

No queremos ese tipo de mexicanos, mucho menos de gobernantes.

Que respeten la ley, para que en los tres niveles de gobierno se exija el respeto a toda ley existente, y al que no la observe, que se le castigue con todo el rigor legal, para que se le quiten las ganas de seguir engañando a una nación harta de triquiñuelas, trampas y robos del sector oficial.

Queremos una patria limpia y honesta, no un grupúsculo de vividores, ladronzuelos de quinta, vividores de los presupuestos, pues.

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