Es una pregunta que tras dar en forma anticipada por muerto al protagonista, ha recobrado vigencia:

¿Podría el PRI volver a ganar en 2018?

Habrá quienes piensen o digan que sólo mencionar como probable ese resultado electoral es una barbaridad monumental. No lo niego; ciertamente parecen tener razón quienes vean como absurdo ese panorama ante los dislates, tropiezos y exhibidas que aquejan al partido tricolor.

Pero su servidor quiere apegarse hoy sólo a los números. A las frías cifras. A las sólidas estadísticas.

Armado con esas herramientas, me lanzo al ruedo.

De acuerdo al INE, en las votaciones del 2012 fueron a las urnas 50 millones 304 mil 604 ciudadanos. El triunfo fue como todos sabemos y muchos también padecemos para Enrique Peña Nieto, con 19 millones 219 mil 139 sufragios; Andrés Manuel López Obrador atrajo 15 millones 890 mil 147 boletas a su favor y Josefina Vázquez Mota, la tercera en las preferencias, logró 12 millones 786 mil 647 sufragios.

Son importantes esos dígitos, pero lo importante, lo medular, son los porcentajes. Peña acumuló 38.21, López Obrador 31.59 y Josefina 25.41.

En el año que viene, el escenario parece que será muy diferente con Andrés Manuel como puntero, pero con dos golpes de timón: la fractura del PAN y el lanzamiento de una cauda de candidatos independientes cuya figura más representativa es Margarita Zavala, circunstancias que a querer o no, fragmentarán el voto de manera intensa. ¿A quién favorecerá esto?

Al candidato del PRI naturalmente. Si este partido es capaz de rescatar su estructura, que significa por lo menos 12 millones de votos y lo suma a un abanderado con credibilidad como José Antonio Meade, con raíces ajenas al tricolor, sin cola que le pisen e inclusive con simpatías en otros membretes, no parece descabellado esperar que el ex invencible arañe no esos 19 millones de adeptos que llevaron al peñismo al poder, sino por lo menos entre un 30 y un 32 por ciento por ciento, que ante la dispersión de las simpatías en las urnas le podría mantener como inquilino en Los Pinos.

Y no se molesten los detractores del Revolucionario Institucional. Son sólo números.

TRISTEZA

Si usted lo permite, me atrevo en este apartado formular una breve reflexión que atañe a la averiguación que se lleva a cabo contra el ex gobernador Eugenio Hernández Flores.

Es complicado y riesgoso, como dice la voz popular, meter las manos al fuego por alguien, sobre todo en un caso penal, por lo que habrá que esperar el saldo de este litigio en el objetivo de que sea la justicia la vencedora. Sin embargo, una presunta filtración sobre ese caso –no sé si la versión es verdadera–me sorprende y de alguna manera me entristece.

Me refiero a que conforme a una especie que corre en pasillos y cafés, en esa pesquisa se incluyen los nombres de Rodolfo Torre Cantú y de Ramón Durón Ruiz, ambos ya fallecidos.

Tanto Ramón como Rodolfo son figuras públicas queridas, que dejaron huellas profundas y positivas en quienes los conocimos y tuvimos el gusto de haber sido depositarios de su amistad.

¿Por qué involucrarlos en este penoso asunto, cuando ya no les es posible defender su honorabilidad y dignidad?

Ojalá que no sea así y todo esto sea un cotilleo de mal gusto. Es un buen deseo que seguramente comparto con muchos tamaulipecos…

LA FRASE DEL DÍA

“Estoy a favor de la verdad, la diga quien la diga. Estoy a favor de la justicia, a favor o en contra de quien sea…”

Malcolm X / Activista político estadounidense

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