¿Recuerda usted aquella ominosa frase que en la primaria o secundaria era la antesala de un buen pleito?
Sí, aquella que advertía: “Nos vemos a la salida”.
Bueno, pues algo parecido está sucediendo en estos días en el Congreso del Estado, sobre el cual pesa el presagio de convertirse a corto plazo en una especie de carnicería, aunque sin sangre, espero.
Definirlo así no será una exageración a partir del primero de octubre.
¿Por qué pronosticar este escenario?
El origen del tormentoso panorama es el paquete de dictámenes que en los últimos días ha sacado avante la fracción de Acción Nacional, en donde sus adversarios perciben un costal de argucias y sus bienquerientes califican de inteligencia política.
Blindaje en seguridad personal a ex funcionarios y familiares, controles de última hora en el presupuesto y manejo del gasto público, larga vida activa al Fiscal General de Justicia y candados para crear o derogar ordenamientos entre otras acciones impulsadas por los diputados panistas, han creado en ese recinto una bomba de tiempo con estallido programado para la fecha mencionada.
Al margen de si se trata de sagacidad azul o de torpeza guinda, la verdad es que el PAN ha asestado una andanada de tiros legislativos de precisión que hoy tiene hirviendo a ese cuerpo colegiado, a la espera del relevo de curules como arranque de una virulenta guerra en tribuna y comisiones.
Y es aquí donde aparece el eco de aquel “nos vemos a la salida”.
La camada morenista está contando los días, horas y hasta minutos, para saltar al ruedo y protagonizar la madre de todas las batalles en la historia reciente del Congreso tamaulipeco, para tratar de echar abajo la serie de ajustes, reformas y adecuaciones a las leyes que en varios rubros “amarran” las manos a la potencial corriente hegemónica en ese Poder los siguientes tres años, integrada por los diputados de MORENA.
No sé si lograrán su propósito los morenistas, pero más allá de quien domine en ese juego de vencidas, me permito expresar un buen deseo.
Ojalá que esa lucha intestina se lleve a cabo dentro del Estado de Derecho, de sus leyes y procesos. Ojalá que por el afán de “tumbar” lo que construyeron los panistas, en un afán de revanchismo los morenistas no conviertan a esa tribuna en una lucha super libre, en un remedo de coliseo romano o en un circo donde las estrellas sean los payasos de las cachetadas.
Lo expreso así porque las víctimas no serían sólo panistas o morenistas, sino la sociedad tamaulipeca en general, que de darse esas circunstancias tendrá que ser testigo obligado de zancadillas, golpes bajos, injurias, acusaciones y persecusiones políticas y hasta jurídicas, en lugar de trabajo legislativo para mejorar el nivel de vida de quienes los eligieron.
A partir del primero de octubre, lo sabremos…
DOS VARAS
Fue pública la detención de dos ciudadanos tamaulipecos que por razones humanitarias trasladaron días atrás a un pequeño grupo de migrantes haitianos hacia la frontera. Bajo la acusación de tráfico de personas, los hicieron pasar un calvario por el simple hecho de tender una mano que para los andantes debe haber parecido la de Dios.
A final de cuentas los liberaron, pero me parece paradójico que representantes de la Iglesia Católica se hayan cansado de anunciar que ayudarán a esos migrantes a conseguir empleo y mientras tanto les darán albergue. Y nadie les molesta.
¿Cuál es la diferencia entre el humanismo de dos personas y el ofrecimiento de la Iglesia?
No existe. En los dos casos la piedad fue el origen, pero lo que si es real es que hay dos varas para medir a quienes hacen lo mismo…
LA FRASE DEL DÍA
“Con las leyes pasa como con las salchichas; es mejor no ver cómo se hacen…”
Otto Von Bismarck

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