¿Qué sucedió?

Los mexicanos y desde luego los tamaulipecos, estamos acostumbrados a los vaivenes políticos, reflejados en que una noche, seamos felices o inconformes, nos acostamos con un escenario y nos levantamos con otro al día siguiente. Por lo usual nadie se espanta de eso.

Pero en esta ocasión confieso que no esperaba este giro radical.

Apenas unos días atrás me congratulaba en este espacio sobre la aparición en las campañas por la gubernatura de Tamaulipas, de los planteamientos razonados y de los proyectos aterrizados por los candidatos sobre la realidad del Estado. Como apunté en ese momento: Me gustó el inicio de la segunda etapa de esta contienda cívica.

Pero desde antier, esa terca realidad me devolvió a la que desde hace muchos años es normalidad en los comicios: Ser testigo una vez más del intercambio de lodo.

Esos dos días han sido una pesadilla. Los compromisos por el bienestar general fueron engullidos por una vorágine de descalificaciones, denuncias y acusaciones que turban la tranquilidad electoral y amenazan, por el tono utilizado en ambos bandos, de convertirse en el perfil de los últimos días de las campañas. Me deprime ese panorama.

Hago votos porque no sea así. Ojalá que los proyectos hagan a un lado a las injurias y nos ofrezcan la mejor cara de los candidatos.

En lo personal, me hago eco de la voz popular: Quiero opciones que me presuman la limpia sala de su casa, no que me abran la puerta del excusado de sus adversarios…

¿GANARÁ LA NORMA O LA EXCEPCIÓN?

He escuchado muchas voces sobre la percepción de que el gobierno federal ya dio señales de que moverá las aguas a su favor en las elecciones para gobernador en Tamaulipas.

Son manifestaciones normales que surgen en estas circunstancias, cuando las administraciones, sea estatal o federal, tienen cunas partidistas diferentes. Aunque suene poco ético, inclusive se puede decir que es normal que un poder o los dos, traten de mover los hilos a favor del candidato de su preferencia. Negar eso es tan absurdo como imitar a una avestruz y meter la cabeza en un hoyo para fingir que no sucede nada.

Sobre este posible escenario, dejo sobre la mesa una verdad histórica: Conforme al orden de gobierno que se busca relevar es la capacidad de meter mano de los poderes mencionados. En otras palabras, cuando son comicios locales es el Estado el que mece la cuna y cuando son federales no hay vuelta de hoja: Es ese orden público el dominante. Hasta ahora esa fórmula política ha sido la norma aunque, cierto es, existen excepciones.

Esta es una elección local. ¿Estará dispuesto el gobierno estatal a ser una de esas excepciones?

Por lo que se ha visto, no…

UAT, SÍ A LA ACADEMIA, NO A LA POLITICA

Ayer, la Universidad Autónoma de Tamaulipas dio a conocer la celebración de un acuerdo para estimular la investigación y apoyar a la docencia, con el Colegio de Tamaulipas como coadyuvante en esa tarea.

¿Qué tiene de interesante esa suma de voluntades, tan natural en el plano académico?

Bueno, siempre resulta satisfactorio encontrar ámbitos oficiales donde la política no sea el factor dominante, como sucede en este caso, en donde la prioridad de esa suma de voluntades institucionales es seguir formando profesionales adaptados a los tiempos que viven, en beneficio de la educación y el desarrollo y no de un candidato o partido.

Bien por la UAT y por su Rector Guillermo Mendoza que suscribió el acuerdo con el COLTAM. Son dos centros de enseñanza superior que marcan el camino para que otros organismos de ese tipo hagan lo propio…

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