Ha quedado definida la gran final del campeonato mexicano en su versión clausura 2017. Tigres masacró a Xolos y el Guadalajara empató en ambos cotejos frente a Toluca y avanzó por el criterio de mejor posición en la tabla. Previamente ambos jugaron su respectivo clásico en cuartos de final con escenarios similares: Los felinos le dieron una tunda a los Rayados mientras que el chiverío avanzaba empatando en el global con Atlas, sembrándolo por haber quedado mejor posicionado.
Tigres es el actual campeón y aunque calificó de último momento a la “fiesta grande”, indudablemente se trata de uno de los equipos más poderosos, mejor armados y dirigidos del continente americano. Domina su esquema mejor que nadie, juegue quién juegue y además, con los integrantes de su banca y reservas podría conformar otro equipo casi tan
competitivo como el titular. Como si esto no bastara, prácticamente todo el plantel tiene experiencia para dar y prestar, amén de llegar con la plantilla sana y sin lesionados.
Por todo ello, nadie en su sano juicio puede dudar en colocarlos como los grandes favoritos para levantar el trofeo el próximo domingo en el estadio de las Chivas.
El “rebaño sagrado” por su parte sigue fiel a la tradición de jugar con solo futbolistas mexicanos, con la tremenda desventaja que ello conlleva en este mundo globalizado. Desde hace años ha apostado por la cantera pero vende a sus estrellas y compra caro, no siempre con tino. En este momento posee una plantilla que luce nivelada pero los de experiencia siguen siendo minoría. Esta siendo dirigido por un tipo de agallas, que ha sabido motivar y extraer lo mejor a sus pupilos, sin embargo, ha sufrido bajas sensibles como las de su capitán Jair Pereira, Ángel Zaldívar y la duda de si Carlos Salcido podrá reponerse del costalazo que se dio en el segundo tiempo del juego ante los “choriceros”.
El tema de la experiencia alcanza también al banquillo. De un lado, Ricardo Ferreti accede a su décima final mientras que el “pelado” Matías Almeyda debuta en esta instancia. Tigres va por el bicampeonato mientras que Guadalajara, campeón de copa, buscará el doblete.
Respeto a Tigres y sería un necio si no entendiera que saltarán a la cancha con una etiqueta grandota de súper favoritos pero creo que no son invencibles.
Lo hermoso del futbol radica en lo impredecible que puede ser. Hay un millón de circunstancias, todas ellas variables, que se llaman los imponderables del juego. Una lesión, un gol tempranero, una expulsión, un cambio mal mandado, un jugador que arrugue, un mal arbitraje, en fin.
Ojalá tengamos una final digna de nuestro balompié y que aquel que se ciña la corona lo haga con todos los méritos que la ocasión lo amerita. ¡Suerte a felinos y caprinos!