En los últimos días, Tamaulipas ha vuelto a reportar hechos violentos que interrumpen la calma y nos obligan a mirar con preocupación, otra vez, hacia nuestras carreteras.
Los enfrentamientos recientes en tramos carreteros como el de Estación Manuel–González, en la carretera Tampico–Victoria, donde tres personas perdieron la vida. Y los reportes que llegan desde la zona de Padilla y Güémez son solo un ejemplo.
Por otro lado colectivos de búsqueda siguen con sus hallazgos macabros en la frontera. El Colectivo de Búsqueda “Lazos Unidos por Encontrarlos” informó recientemente la localización de otro sitio con restos calcinados en una propiedad abandonada en Río Bravo, donde encontraron contenedores con cenizas, fragmentos óseos y montículos cubiertos de bloques, señales claras de un lugar donde la violencia dejó su huella.
Ciudadanos temen que los niveles de violencia que vivimos a finales del 2010 en los tiempos de Geño y Egidio vuelvan a repetirse. Las autoridades responsables no deben aflojarle a este tema, si algo nos enseñó la historia es que la violencia, cuando se descuida, se desborda.
Hay que recordar que el general retirado Carlos Arturo Pancardo Escudero apenas tiene tres meses al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, luego de sustituir al también general Sergio Hernando Chávez García, por lo que el reto que tiene enfrente no es menor, contener los brotes de violencia y garantizar que los tamaulipecos puedan viajar sin miedo por su propio estado.
Error sería minimizar el problema.
Por cierto, al cuestionar al respecto al presidente del Congreso local, Humberto Armando Prieto Herrera, durante el arranque del periodo legislativo prefirió no profundizar. El legislador es bueno para cuestionar y criticar todo lo ajeno a su partido pero también debería de hacer llamados de atención a los propios cuando asi lo amerita.
En su conferencia legislativa dijo simplemente que la Secretaría de Seguridad Pública “tomará cartas en el asunto” y pidió ser “objetivos”.
Esperemos pronto ver resultados no solo en los números, sino también en la percepción ciudadana.
Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales.