El grupo de Gobernadores surgidos del PAN, integrados en un grupo que se llama Gobernadores de Acción Nacional, GOAN, pidió al Presidente Andrés Manuel López Obrador, un Programa de Emergencia Sanitaria, y ofrecieron hacer lo que esté de su parte, en defensa del empleo y de las familias.
La relación no ha sido miel sobre hojuelas pues las diferencias entre Gobernadores panistas y el Presidente moreno son constantes, frecuentes, alti-sonantes.
Observadores interpretan como chantaje político la exigencia de que les den más dinero o irán por la ruptura del pacto federal.
En su conferencia mañanera, López Obrador informó de la distribución de insumos médicos a todas las entidades federativas, aún en aquellas donde gobiernan personas con las que tienen diferencias políticas.
“Sería ruin, canallesco, negar equipos médicos a ciertos Estados”, aclaró el Presidente. Damos por descontado que incluyó en ellos a Francisco García Cabeza de Vaca, de quien se expresó de manera memorable cuando visitó Ciudad Victoria, siendo candidato de MORENA, en 2018.
Vaticinó AMLO desde entonces, que Cabeza sería igual o peor que Egidio Torre Cantú, en el desempeño del gobierno, y no se equivocó.
No sabemos la cantidad, calidad y precios de los insumos médicos llegados a Tamaulipas, debido a que la característica de este gobierno azul es la opacidad, pero podrían sumar millones de pesos.
Inclusive, podría significar el monto aludido por el senador Américo Villarreal Anaya, como ayuda federal para Tamaulipas, más de 700 millones de pesos, aunque no recibidos en efectivo.
El caso es que la enfermedad cobra más víctimas y Cabeza esconde información. Ya son cuatro las personas fallecidas y casi cien, las infectadas.
El problema va a ser peor. Versiones de prensa refieren que se cavan tumbas colectivas en San Fernando y Altamira, para enterrar los cuerpos de quienes no sobrevivan a la epidemia.
El periódico Milenio enlista a Tamaulipas, como cliente de empresas que venden sacos para el confinamiento de víctimas del covid-19. Si agregamos la información de que se construyen ocho hospitales móviles, tendremos que concluir que el gobierno se prepara para una situación excepcional.
Pero no lo informa a la Opinión Pública, tal vez por el prurito de no causar pánico.
Estamos en el umbral de la fase III de la enfermedad, y entonces serán más drásticas las medidas para obligar a las personas a cumplir las recomendaciones sanitarias, especialmente el aislamiento social.
El toque de queda no está descartado. La policía obligará a las personas sorprendidas en las calles, a regresar a sus casas, imponiéndoles inclusive, multas económicas por no atender las instrucciones.
En otras partes de la República ya no se puede salir de las ciudades o Estados, por el propio bien de la gente. Salvo que sean causas esenciales, los viajes carreteros son impedidos.
De ese tamaño es la crisis recrudecida que está en puerta.
Adicionalmente, los fanáticos que la apuestan al fracaso de la Cuarta Transformación, continúan estorbando de todas las maneras, el buen funcionamiento de la administración pública federal.
La CFE se vio obligada a emitir un comunicado de prensa, para desmentir que vayan a aumentar sus tarifas. Fue una falsa noticia que repitieron hasta el cansancio, los nostálgicos de los gobiernos del PRI y del PAN.
Lo dijo ayer el Presidente aunque sin mencionar sus nombres, que los enemigos de su gobierno utilizan a personajes famosos, para enderezarle las críticas envenenadas. Se refería al futbolista Chicharito, a la artista Thalía y al comediante Eugenio Derbez.
Una consecuencia colateral de la epidemia, será un colapso económico. Muchos negocios permanecen cerrados por no prestar servicios o bienes esenciales, y los dueños están obligados a seguir pagando los sueldos de los trabajadores.
La calle Hidalgo de Ciudad Victoria, la de mayor movimiento comercial citadino, está plagada de anuncios instalados sobre las puertas o persianas metálicas bajadas, pidiendo la exención del pago de tres meses de arrendamiento.
Muchas maquiladoras suspendieron actividades, total o parcialmente, unas porque no tienen insumos, otras por mandato gubernamental. No todos los trabajadores son remunerados en los términos contractuales.
No es exageración, pero empieza a cundir el hambre en hogares. Los trabajadores eventuales, los comerciantes ambulantes, inclusive profesionistas desempleados, no tienen el modo de conseguir dinero para la compra de los alimentos.
Eso, para no hablar de la suspensión de pagos, como abonos de muebles comprados a crédito, vehículos, aparatos electro-domésticos o hasta las mensualidades de tarjetas de crédito.
La economía está paralizada y un reflecto automático de ello lo tendremos en una sensible baja en la recaudación de impuestos. No hay dinero suficiente para cumplir las obligaciones fiscales.
Puestos en la disyuntiva de dar de comer a la familia o presentar la declaración anual de impuestos, muchos contribuyentes se irán a la morosidad.
El gobierno panista de Cabeza de Vaca no está prestando un auxilio a los tamaulipecos. Grupos de infractores de la ley reparten en ciudades despensas de buen tamaño, no en bolsas de plástico, en diferentes ciudades.
De plano, el coronavirus, como la inseguridad, rebasaron las fuerzas y capacidades del gobierno azul.
El problema es que tampoco el gobierno federal asoma las narices para ayudar a los ciudadanos. El super-delegado brilla por su ausencia y no hay un programa federal diseñado para llegar automáticamente, espontáneamente.
Existe un programa de apoyo económico pero solo a pequeños empresarios. Les concederán préstamos de 25 mil pesos, pagaderos a dos años, con interés simbólico. Pero no le echan un lazo al ciudadano ordinario.
En Hermosillo, Sonora, el Presidente López Obrador anunció un gasto de 500 millones de pesos para el arreglo de calles de esa ciudad.
Dijo que forma parte de un programa emergente de reactivación económica, por un monto global de 25 mil millones de pesos, diseñado para beneficiar a 50 ciudades.
Ignoramos cuántas y cuáles ciudades de Tamaulipas recibirán el beneficio de ese presupuesto, pero rogamos porque no entreguen el dinero ni al Gobernador ni a alcaldes como Maki Ortiz Domínguez, Xicoténcatl González Uresti o Enrique Rivas Cuéllar.
Son capaces de pintar de chapapote las calles y luego presumir que están rehabilitadas. Son muy bribones!
Lo recomendable es que el gobierno federal invierta el dinero de manera directa, para garantizar que no lo escamoteen, como es la especialidad de la casa.
Cumplen años Ernesto Arreola Medina, Oscar Mario Hinojosa Ramírez, Julio Meade Perales y también el veterano colega de Reynosa Hugo Ayala, La Muñeca.
Fiesta en la casa ribereña del ex diputado local Horlando (así lo escribe él) Hinojosa Peña, por el nacimiento de su nieto Jorge Emilio Cantú Hinojosa.

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