El confinamiento derivado de la pandemia de Covid-19 ha traído entre otras terribles consecuencias, el aumento de la violencia contra mujeres y niñas dentro de sus hogares.

Esto no es exclusivo de nuestro país, lamentablemente ha sido un fenómeno mundial. Tan es así que el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas ha realizado un llamado para que todos los gobiernos incluyan la prevención, atención y reparación en los casos de violencia contra las mujeres como una parte fundamental de sus planes nacionales de respuesta contra la pandemia.

Específicamente las siguientes medidas:

Incrementar el presupuesto destinado a los servicios de atención en línea y a las organizaciones de la sociedad civil que atiendan este tema.

Asegurarse que los sistemas judiciales continúen procesando a los acusados de estos delitos.

Establecer sistemas de alerta de emergencias en farmacias y supermercados.

Declarar los refugios de mujeres violentadas como servicios esenciales.

Crear medidas y formas seguras de que las mujeres puedan buscar auxilio sin alertar a su agresor.

Desgraciadamente el tema de mujeres no ha estado en la agenda de este gobierno federal, como quedó claro con el grito desesperado demandando atención en la marcha del 8 de marzo pasado y el movimiento de paro de mujeres del 9, ambos eventos históricos y sin precedente.

Por lo que resulta imperativo que el gobierno entienda qué si no se atiende el fenómeno de la violencia contra las mujeres y las niñas, nos estaremos condenando a un desarrollo incompleto y pobre. No se puede pretender florecer cuando la mitad de la población vive con el miedo y la incertidumbre que da el sentirse violentadas.

Ni se puede ser cómplices en el silencio de los agresores, bien valdría la pena discutir medidas como la creación de un Registro de quienes enfrentan procesos y son condenados en delitos relacionados con violencia contra mujeres y niñas. Lo cual permitiría tener un mayor control de datos, estadística y toma de decisiones en el diseño e implementación de políticas públicas, que atiendan de manera integral este fenómeno.

Particularmente en este tiempo de aislamiento y de crisis el gobierno está obligado a cambiar la óptica con la cual ha ignorado esta problemática.

Es momento de poner en marcha las recomendaciones de la ONU, de responsabilizarse y hacer frente a esta “otra” pandemia que nos aqueja.

#LaViolenciaNoEstaEnCuarentena.

Mariana Rodríguez Mier y Terán