La visita de Margarita Zavala a Victoria para impulsar un mayor apoyo ciudadano a su candidatura a la Presidencia de México, deja en la opinión de su servidor, por lo menos dos lecturas.
Expondré esta percepción, si me permite.
Una de ellas es que los partidos políticos siguen siendo mano en las lides electorales en Tamaulipas. Muy pocos capitalinos acudieron al llamado social para dialogar con la señora Calderón y dejaron sobre la mesa lo que ya es una verdad a cielo abierto: en esta geografía los candidatos independientes, sean del tamaño que sean, no prenden en el ánimo del votante potencial en este solar. Habrá que esperar a que venga “El Bronco” para completar esa evaluación.
Y cito a este personaje, porque el resto de ellos que también dicen buscar Los Pinos lo integran seres casi invisibles y hasta infumables, como el conductor de radio convertido en plañidera, Pedro Ferriz de Con, quien estoy seguro no podría llevar más de veinte adeptos a un evento con pretensiones de mitin. Tal vez lo haría con almuerzo incluido.
Otra interpretación personal es la paradoja que encierra el que fue gobierno del ex Presidente Felipe Calderón en el tema del combate a la delincuencia, en donde el clamor de que el Ejército regrese a sus cuarteles –válgame Dios como suele decirse– es igual pero en sentido inverso, al que pide que los militares sigan recorriendo las calles.
Vamos, hasta la ex Primera Dama dudó en tomar partido sobre qué es lo más conveniente. No contradijo a su esposo pero tampoco lo apoyó. Pareciera que nadie tiene la receta para enfrentar tan escabroso escenario y se apegan escrupulosamente a la máxima atribuida a Luis Echeverría del “ni sí ni no, sino todo lo contrario”.
En lo personal no me desagrada doña Margarita y me parece que ante el perfil de algunos aspirantes hasta podría hacer mejor papel que ellos como mandamás nacional. Pero no toda la luna es de queso, como dicen los viejos campesinos de mi pueblo natal.
La respetable dama no tiene equipo. Si quienes le acompañaron en Victoria ayer integran su trinchera tamaulipeca no le arriendo mayores ganancias a la precandidata independiente en esta tierra de Dios. En mi percepción, personajes de medio pelo en su mayoría y una que otra que puede dar batalla pero sin posibilidades de éxito.
Pero no es esto tan malo. Y le diré por qué pienso de esa manera.
Si bien Doña Margarita no puede en estos momentos presumir de jugadores de grandes ligas en su establo, por lo menos sufrir esas ausencias es mejor que exhibir la pobreza en ese sentido de Andrés Manuel López Obrador, quien con su varita mágica y sin más mérito que la “santidad” de su palabra, está convirtiendo a una sarta de indeseables –me asusta ver a Cuauhtémoc Blanco como aspirante a Gobernador– en los príncipes azules y damas de alcurnia de su potencial gabinete.
Tal vez esta elección federal no es tan limpia como quisiéramos, pero ¡ah cómo es divertida!…
LAS OCURRENCIAS DEL INE
No sé cuáles sean los parámetros que observa el Instituto Nacional Electoral para medir el grado de riesgo que existe en Tamaulipas para cumplir el doble proceso electoral que vivimos en este año.
Sin embargo, decir que nuestra querida tierra no es un “foco rojo” es una ocurrencia del mismo tamaño que decir que el INE no usa los semáforos para otorgar luces amarillas, verdes o rojas.
Cuidado con esa actitud conocida como “de avestruz”. La realidad es aplastante, mostrada en una violencia incontrolable en varias ciudades del Estado, que sólo la voluntad de Dios puede frenar porque en la tierra no hay alguien capaz ni siquiera de reducirla.
Más realismo y menos teatro, señores consejeros del INE…
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