Le comparto estimado lector, que este sábado tuve la oportunidad de leer más de lo que acostumbro.

En particular, me agradó mucho revivir un pasaje histórico de cuando en 1862 nuestra república se estaba jugando su futuro en Puebla, y la independencia corría el riesgo de ser mancillada por las bayonetas francesas; al tiempo que había sido recién inaugurada la línea telegráfica Puebla-México. Y me permito transmitírselos y reflexionar, estoy seguro que será de su interés.

Cito el relato, llamado ‘Un día de gloria’:

“El telégrafo comenzó a moverse desde muy temprano el 5 de mayo de 1862, el primer mensaje fue de Zaragoza: -En este momento que son las nueve y media de la mañana tengo a la vista la vanguardia del ejército invasor…-

…Una hora y quince minutos después, el telégrafo otra vez: -El enemigo está acampado a tres cuartos de la Garita de esta ciudad, el cuerpo de nuestro ejército está listo para atacar y resistir-

…El Presidente Juárez era el primero en recibir cada mensaje. Y otra vez el telégrafo, era Zaragoza: -Son las doce del día y se ha roto el fuego de cañón de ambas partes”.

La suerte estaba echada, señala el historiador, nadie daba un quinto por el ejército mexicano, pues las tropas francesas eran de “las más poderosas” del mundo.

“Obviamente cada movimiento del telégrafo la ciudadanía pensaba lo peor. Y a las 2:30 llegó otro parte militar por el telégrafo: “los zuavos se han dispersado y nuestra caballería trata de cortarlos en este momento”.

…Pasadas las cinco de la tarde, una vez más el telégrafo: “Dos horas y media nos hemos batido, las columnas francesas en este momento empiezan a retirarse, nuestras fuerzas avanzan sobre ellas, comienza un fuerte aguacero”
…Nadie daba crédito, México parecía alzarse con la victoria frente a los franceses.

…El telégrafo hizo de las suyas de nueva cuenta a las 5:49, Juárez y después el pueblo recibieron el mensaje definitivo: “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”.

Así vivió la gente la batalla, prácticamente en vivo a través de la entonces recién inaugurada línea telegráfica Puebla- México, que sirvió de vehículo de información para los habitantes que, se reunían en torno a la oficina de telégrafos en espera de buenas noticias.

Y hoy, quienes con mala fe tratan de manipular a la ciudadanía en redes sociales, pretenden que éstas hagan las veces de aquella línea telegráfica que daba información oficial, para que la gente viva casi en vivo las batallas políticas, pero en lugar de informar, confunden con perversas intenciones a los victorenses.

Increíblemente, a 159 años de distancia, la tecnología y la inmediatez de la información a veces no pueden superar la certeza que generaba el telégrafo.

Por fortuna, aún quedan medios de comunicación serios.