México aún no recibe las dosis de vacuna necesaria para cubrir la población del sector salud ni la de adultos mayores, hablamos de 40 millones de dosis. Que a un año de pandemia surjan variantes resistentes a las vacunas, da miedo y hay: Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, que con rapidez se propagan. Los fabricantes aseguran que su vacuna funciona contra estas mutaciones, pero pierden eficacia ante la sudafricana. La vacuna de Oxford y AstraZeneca protegía menos contra casos moderados de enfermedad por covid en la sudafricana, aunque en pequeños estudios y parece que protegen de casos graves y hospitalizaciones. Moderna adapta su compuesto contra esta mutación.
Actualizar o modificar es cotidiano. Los virus mutan constantemente y SARS Cov 2 lo ha hecho. A los científicos les preocupa cuando el virus muta tanto que provoca que las vacunas pierdan parcial o bastante eficacia, como parece ser la sudafricana. Para corregir o actualizar una vacuna, debe comprobarse que dejó de ser de eficaz de manera significativa. Si un virus cambia y hace que las vacunas sean menos eficaces, no significa que funcionen con grado considerable de efectividad. No es usual que un virus mute de forma radical y burle la protección de una vacuna. Los virus deben mantener cierta forma para seguir infectando células. No pueden cambiar mucho. Es labor de los fabricantes vigilar y decidir si deben modificar la vacuna. El peligro es que, si una mutación inutiliza los millones de vacunas que se distribuyen, esto interrumpiría la inmunización global y desecharía lo producido.
En el caso de vacuna basada en molécula ARN mensajero (ARNm), como Pfizer, o en vector viral, Universidad de Oxford, la actualización es en pocas semanas pues se actualiza el fragmento del código genético del virus que contiene la mutación. Oxford informó que su equipo trabaja en actualizar su vacuna para hacerla más efectiva ante mutaciones y espera tenerla lista el otoño. Este proceso tomaría meses en la vacuna que utiliza virus inactivos o subunidades de proteína, como la china, Coronavac y la estadounidense, Novavax. Se necesita cultivar el virus o su proteína, purificarlo e inactivarlo para convertirse en vacuna. En cualquier caso, modificar una vacuna es más sencillo que crear una, pero que no es un ejercicio trivial y requiere nuevos chequeos de seguridad y efectividad inmunológica.
Cada año se analizan las variantes circulantes de gripe por el mundo. No siempre coinciden en el mismo hemisferio o continente. Cada país prepara vacuna específica para esas variantes. Algo parecido sucedería con el coronavirus si se da el caso. La vacuna anual de la gripe usa la técnica de subunidad de virus, como la de Novavax, y toma alrededor de 6 meses actualizarse y producirse cada año.