La impertinencia de un presidente cuasi ciego y vicios de años nos tienen en México en vilo: nos prometieron servicios médicos como los nórdicos, y nos hemos dado cuenta que no tenemos siquiera como en Belice, Guyana o cualquiera de las más pequeñas islas del mundo.
Claro que todos aspiramos a que nos atiendan bien: somos los seres humanos especiales en la desgracia, y cuando requerimos de un servicio médico es realmente porque queremos curarnos, controlarnos, sentirnos bien. No nos interesan muchas cosas y somos impertinentes en ocasiones, pero todos queremos una cama con clima, dadas las tremendas temperaturas que padecemos, que haya personal calificado, y que los medicamentos que se necesitan estén dispuestos.
Siempre ha habido carencias y ha habido oleadas por distintos rubros; unos, atribuidos a malos manejos, al hecho de que algún laboratorio no surtió a tiempo o a fallas en los sistemas que tienen que ver con un gasto ordenado, honrado y eficiente. Recordemos que hemos vivido crisis de esa naturaleza.
Pero en el Instituto Mexicano del Seguro Social ha estallado una bomba de gigantescas dimensiones, al darnos cuenta de que no hay medicamento, personal ni nada, y que, pese a las promesas recibidas, lejos de que nos atiendan como vikingos con gripe, hemos sido víctimas de un servicio que asusta.
Somos proclives a culpar a los demás como lo ha hecho el señor Obrador desde que llegó a un poder que le quedó grande y que no ha sabido manejar más que con pretextos y culpando a los de antaño, como si no nos diéramos cuenta de lo que ha sucedido en nuestro México querido que duele al ver a sus hijos enfermos.
Lastima pensar que tenemos que dializarnos o ser sujetos de procedimientos que lo único que buscan es que mantengamos la existencia: hay cosas que realmente son graves y no se pueden esconder con un discurso político. Es por ello por lo que se requiere de una atención inmediata. Muchos no queremos morirnos aún, y eso lo deben saber los que salen en Tele diciendo una y mil cosas bien bonitas, pero no nos atienden.
Y como en la salud, es importante y prioritario dejar de acusar y culpar a los demás: hay que enfrentar las responsabilidades y encontrar soluciones, porque de otra manera, estamos engañando más fuerte que los que dejaron de hacer su tarea.
¿O cual será la distancia entre el que dejó de hacer las cosas ayer y el que las dejará de hacer mañana?
Fungir como servidor público lo puede hacer cualquiera: compre trajes lujosos, alquile chofer preferentemente mal encarado y aprenda discursos demagógicos.
Si quiere realmente servir a los demás, por favor, encuentre las cosas que la gente quiere y busca, y vea la manera de satisfacer sus necesidades sin mentir, porque la mentira es tan mala como el no hacer. Las cosas o robarse los recursos.
Pero por favor, busque una de las muchas áreas de oportunidad que le permitan decir “mentirillas” o discursos de esos llenos de fantasías que al rato nadie recuerda, y deje aspectos prioritarios: la educación de nuestros hijos resulta fundamental para salir adelante como nación, y la salud es para todos la b ase de cualquier desarrollo.
Regálenos y regálese momentos de honestidad y claridad, y haga un gran esfuerzo por devengar lo que le pagan, que seguramente no será poco, considerando que no es de los de l 4T. haga su trabajo de la menor manera posible, por usted, por su familia, por los demás. Y si llega a ocupar un sitio en el sagrado campo sanitario, por favor, piense que cualquier omisión puede constituir la muerte de alguien, y ese podría ser un ser querido suyo.
Pensemos en todos, pensemos en vivir adecuadamente y con dignidad, por favor.

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