El Tema de la Reforma Política-Electoral sigue en el debate en el círculo de los actores legislativos y que ahora en la práctica de parlamento abierto se estarán realizando foros de discusión para plantear los pros y contras. Hay una parte agradable para el ciudadano, por implicar reducciones en el gasto público que se dedica a ciertos rubros, pero hay otros elementos que prácticamente no se mencionan y que son los siguientes:

Uno de ellos es la desaparición del INE y crear en su lugar el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas; en el nuevo modelo las autoridades electorales se denominarán magistrados electorales  elegidos por el pueblo y consejeros electorales, estos serían reducidos en número de los 11 actuales a 7.

Actualmente la autoridad calificadora de las elecciones, la que tiene la última palabra, es el Tribunal Electoral, estos órganos los hay estatales, uno en cada entidad y el federal, también se pretende desaparecerlos e instituir en su lugar organismos públicos locales electorales que estarán regidos por una sola legislación electoral, esto implica un centralismo y eliminación de la intervención de los gobernadores, claro sabemos que eso no está en la ley, pero si en el código consuetudinario, es decir lo dicta la costumbre.

También están las propuestas de desaparecer los 200 diputados federales plurinominales y quedarse únicamente con los 300 de mayoría y que representa a cada uno de los distritos del país; de igual forma impactaría la misma medida en las diputaciones locales y regidurías, ambas plurinominales.

Además existe el propósito de facilitar el voto en el extranjero e impulsar el voto electrónico.

2.- Impulsar una Reforma Constitucional desde la trinchera de Morena en la Cámara de Diputados, sólo tendrá éxito en temas que realmente despierten el consenso de los partidos de oposición, para muestra basta revisar el comportamiento legislativo en esa Cámara cuando se intentó la Reforma Eléctrica, y que la corriente guinda no logró las tres cuartas partes de votos que se requieren para estos casos. Esa vez le faltaron 100 votos, para los cuales tenía que convencer a elementos del PRI, PAN, PRD o Movimiento Ciudadano.

En esa ocasión sólo hubo un traidor, y era de la bancada priista, Carlos Miguel Aysa Damas (de 26 años de edad) que renunció al Tricolor y se cambió al partido Morena. Fue el único voto ajeno a la corriente guinda.

Por lo que se refiere a la Reforma Electoral propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, además de los puntos antes mencionados, plantea reducir el número de diputados federales, el de legisladores de los Congresos locales, así como síndicos y regidores, sin embargo tiene como objetivo principal la desaparición del INE.

Si bien en el primer caso puede ser positivo, desde el punto de vista ciudadano bajar costos en las nóminas municipales, las del Poder legislativo de los estados y la Cámara de Diputados, no se ve procedente la cancelación del INE, lo cual representaría un retroceso en los alcances democráticos logrados en el país.

Como usted debe estar enterado, la Reforma Eléctrica de mayo de este mismo año, no logró las tres cuartas partes de votos que son 375 con la asistencia del 100 por ciento de los legisladores, o un aproximado dependiendo del quórum en la sesión donde es sometida la iniciativa al escrutinio del pleno de la Cámara de Diputados. Esto motivó a Morena denunciar ante la Fiscalía General de la República a los diputados que no votaron a favor de la iniciativa, a los que acusó de “traidores a la patria”, lo cual no procedió.

Las condiciones esta vez son similares, Morena necesita 100 votos más, que se encuentran en el PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, partidos que no saldrían beneficiados con la disminución de plurinominales en ninguno de los diferentes niveles de poder. Estas cuotas creadas en su momento para incorporar a los mini-partidos al poder, siguen cumpliendo el mismo objetivo, lo que cambian son los actores.

Difícilmente la bancada guinda logrará sumar a la oposición para sacar adelante su reforma política, sólo que ahora esté “bien armada”, con un recursos para doblegar a los diputados de oposición. Quizá algún expediente de una figura clave, pero tendría que ser con los dos grupos mayoritarios, PAN y PRI, porque de otra manera no le alcanza.