México es el cuarto país del mundo con mayor impunidad, y primero de América, de acuerdo con el Índice Global de Impunidad (IGI) 2017, presentado por la Universidad de Las Américas de Puebla (UDLAP)

De acuerdo con el estudio, que analiza y compara información relacionada con los indicadores en materia de seguridad, justicia y derechos humanos, México ocupa el cuarto sitio entre países más impunes, con 69.2 puntos, por debajo de Filipinas (75.6), India (71) y Camerún (69.4) En quinto lugar está Perú (69), Venezuela (67); Brasil (67); Colombia (66); Nicaragua (66); Rusia, Paraguay, Honduras y El Salvador (65)

Las diez 10 naciones menos impunes son: Croacia, Bulgaria, Eslovenia, Suecia, Noruega, Montenegro, República Checa, Grecia, Alemania y Países Bajos.

El estudio deja de manifiesto las importantes y severas deficiencias en el sistema de justicia de México, pues se necesita contar con más jueces y mejor preparados para mejorar la impartición de justicia. El problema de la impunidad en México es funcional y estructural, aunque no nació con el actual gobierno se observa un aumento crítico en las estadísticas delictivas lo que continuará incrementando la impunidad.

El estudio destaca las graves violaciones a los derechos humanos, otro hecho que representa un factor crítico para entender por qué se registra en México alto grado de impunidad que ya se volvió una característica de nuestro país ante el exterior.

Referente al nuevo sistema de justicia penal acusatorio, el Índice Global de Impunidad 2017 indica que éste no habrá de generar por sí mismo un aumento en la impunidad, sino que obedece a los sistemas de seguridad locales y federales mal preparados y con deficiente funcionamiento, así como a un sistema de justicia colapsado, totalmente ajeno a la rendición de cuentas ante un Poder externo a éste Sistema que le califique y aplique responsabilidades a quienes incurran en delitos en el ejercicio de su función.

La Universidad de Las Américas de Puebla desarrolló un estudio internacional en el que en materia de impunidad sitúa a México en el lugar 66 de 193 países que conforman la Organización de las Naciones Unidas. Para el Índice Global, México se ubica en el sitio 66 de 69 países en los cuales desarrolló el estudio, cuarto más impune, entre aquellos países que cuentan con información estadística suficiente para el cálculo.

La respuesta del Estado Mexicano es crear la Secretaría de la Función Pública; crear órganos Internos de Control; desaparecer las policías por corruptas; crear nuevas leyes para combatir con papel y tinta a los criminales; sacar al ejército del cuartel y llevarlo a las calles; omisión para crear en el país cuerpos policiales honestos, capacitados y dotados de equipamiento moderno; establecer un marco jurídico para justificar la presencia militar en las calles y permitirles el allanamiento de morada sobre la base de un simple chisme; otorgarse la decisión de manera unilateral y totalitaria de calificar una manifestación social en revuelta pública y utilizar la fuerza para disolverla y a los jueces para castigar a quienes se atrevan a hablar de manera pública y en asociación en contra de la política corrupta del Estado Mexicano.

Este conjunto de acciones significa auto otorgarse impunidad, blindarse para que su enriquecimiento corrupto y voraz continúe sin castigo, y además se quitó el poder a la sociedad para señalarlas.