El ciudadano somete el privilegio a escrutinio, aunque parcial; corrupción, robo, ventaja polÃtica, impunidad, partidos polÃticos. No se da cuenta de que es una marioneta y deja de lado aspectos estructurales que le libraran de la opresión del privilegio; educación, vivienda, salud, empleo digno, oportunidad pareja, reconocimiento tácito a su derecho. Desde Carlos Salinas, el Estado Mexicano es objeto de rechazo; la evidencia es que la ciudad de México es del PRD y/o MORENA, y otras entidades con población rebelde en el paÃs.
La legitimidad de sistemas polÃticos y de Gobiernos se quiebra al conocerse privilegios enraizados en sectores de la sociedad y en la relación poder/dinero. Fortalecer la democracia pone en tensión la cultura del privilegio, lo que obligó al Gobierno ceder la Presidencia al PAN; un cambio para que todo siga igual. La cultura de igualdad de derecho debe fortalecer a Instituciones y polÃticas en favor de igualdad. Reconocer la diferencia para desnaturalizar la jerarquÃa que pone desigualdad y diferencia (dos caras de la moneda) Privilegio, cuando se asocia a género, cultura, condición étnico-racial o lugar de origen, se rechaza por grupos por tradición invisibles, los que exigen cultura de la igualdad.
La democracia debe combatir el privilegio con una justicia independiente, con acceso igualitario, que sancione oportunamente delitos del privilegio (evasión fiscal, apropiación ilÃcita de rentas, abuso laboral) La justicia debe empoderar a quienes requieren de la institución judicial para hacer respetar sus derechos polÃticos, sociales, laborales y culturales, al realizar cambios estructurales que reviertan la cultura del privilegio con pacto social para la igualdad y crear leyes y polÃticas de Estado en materia sometida al privilegio.
Los pactos son fruto de un proceso a favor de la igualdad y de aprender democracia, y en cuanto a polÃtica pública, son medio para dar continuidad a la polÃtica en favor de la igualdad. Promover una cultura de igualdad requiere de instituciones que permeen las estructuras y modifiquen hábitos. Un pacto fiscal que mejore la dotación de servicio público y haga converger a distintos sectores en su uso, para impulsar la cultura de igualdad (Libre 17 es ejemplo)
La cultura de la igualdad se alienta cuando el bienestar de la sociedad satisface la provisión de servicios y bienes públicos que todos usan y consumen. Cuando el Estado provee buenos servicios en salud, educación, transporte, seguridad, servicios básicos y medio ambiente, redunda en predisposición a compromisos recÃprocos. Este es uno de los logros más valiosos de los estados de bienestar avanzados.
En contraste, el atrincheramiento en el consumo privado de algunos alimenta la cultura del privilegio. Cuando los grupos más privilegiados se encapsulan en un consumo distintivo, de alto costo monetario y cierra filas en el mundo privado, la igualdad relacional se afecta gravemente al restringir la relación transversal entre grupos y se consolidan brechas de bienestar que, a su vez, refuerzan la cultura del privilegio. Algo que se aprende de generación en generación.