Una mentira es querer demostrar que se respetan los derechos humanos: salud, educación, etc. La realidad histórica muestra que la minoría goza de salud, los derechos en general son privilegio de las clases adineradas y para los demás son palabras y promesas, que cambian de fecha. Las declaraciones mundiales sobre Derechos Humanos fueron creadas para asumir las obligaciones de las naciones de proteger a sus ciudadanos; aunque todo es u montaje.
Declaración Mundial de la Salud: “Nosotros, los Estados Miembros de la OMS afirmamos nuestra adhesión al principio enunciado en su Constitución de que el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”. Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. Ambas declaraciones forman parte de una serie de documentos a favor de la condición humana.
Al violarse los derechos humanos las posibilidades de tener acceso a salud digna disminuyen. Cuando se carece de salud la vulnerabilidad aumenta y la posibilidad de acceder a una vida digna disminuye, lo que da pie a mayores violaciones de los DH. La ética es pilar fundamental para la promoción de la dignidad y respeto de las personas como para el cuidado de la salud. En la violación sistemática de principios éticos subyace el origen de los problemas.
La población actual es de 8 000 millones de personas de las cuales carecen de agua potable 900 millones. Viven con menos de un dólar al día 1,100,000 personas. 24,000 personas mueren cada día de hambre o causas relacionadas con el hambre. Hay 110 millones de refugiados en el mundo. 1,600-1,800 millones de personas carecen de hogar. Viven en inseguridad alimentaria 258 millones de personas, datos que retratan el panorama mundial de la humanidad. Prostitución infantil, deserción escolar en la niñez por la necesidad familiar de conseguir dinero, tráfico de órganos, niños transformados en soldados, apátridas, y, entre otros, migrantes sin papeles, conforman grupos poblacionales vulnerables sin derechos. La discriminación por motivos étnicos, religiosos o raciales es razón de fragilidad e inseguridad. No se requieren estudios para demostrar cómo la calidad de vida y la longevidad se altera.
Los políticos son los responsables de las violaciones de los Derechos Humanos, de no ofrecer salud ni educación que transforme. En México cincuenta millones de personas carecen de servicios médicos. Las Fiscalías reciben menos del 10% de denuncias de los delitos cometidos. De ese porcentaje, 2% recibe castigo. La corrupción continua. Es un caballo de batalla que porta su vil estandarte. La palabra, sin embargo, lo niega. Casi todo político, funcionario, dirigente, agacha la cabeza y calla cuidando su chamba sin entender que pronto será tan desgraciado como aquellos a los que hoy oprime.