La temporada de huracanes ha sido benévola con Tamaulipas, y nos ha dejado muy pocas lluvias que, definitivamente, son bálsamo para los productores: pros y contras de estos fenómenos meteorológicos que, en algunos sitios aplaudimos y agradecemos, y en otros, sucede todo lo contrario.

Pero los huracanes que se han formado en el Atlántico últimamente, amenazan con derribar los muros que pretende Donald Trump alzar en su nación, y ya llegaron a Houston, donde las pérdidas han sido incalculables; otro fenómeno así de grande, no tenemos idea de hasta donde alcanzarían sus destrozos.

Hablamos de pérdida de vidas humanas, de todo el capital en un charco de agua. Hablamos de sobrevivir.

Los sistemas de emergencia están pendientes, porque la verdad sea dicha, los dos fenómenos que asoman ya conforman un latente y gran, muy gran peligro para el Caribe y obviamente, nuestras playas mexicanas.

Los riesgos cada vez son mayúsculos, aunque no debemos dejar pasar por desapercibido el dato de que los huracanes no saben que ofrecernos.

En ese sentido, hemos de reconocer la labor que lleva a cabo protección Civil estatal y municipal, porque han logrado evacuar hacia sitios seguros a quienes se vanaglorian esperando el huracán en u barca.

Es motivo de gran orgullo saber que las medidas preventivas han funcionado muy bien en Tamaulipas: no ha habido decesos por este tipo de fenómenos, y las pérdidas se limitan a lo que no se puede evitar es decir, la gente sabe y resguarda, se protege, vela pos sí misma.

Por otra parte, el Comité para la prevención de este tipo de desastres, encabezado por la secretaria de Salud, Gloria Molina, está en sesión permanente, para que pueda nombrarse a alguien con la capacidad necesaria que le permita acceder a las acciones conjuntas que se llevan a cabo.

Ya conocemos algunas de las medidas: lámpara portátil, radio de baterías y formas de comunicación de que disponemos, guardar alimentos no perecederos, recabar agua potable y otros más; éstos son los más importantes quizá, porque hay muchas más acciones.

Estamos preparados, aunque no en forma total, porque un meteoro de esta naturaleza siempre tiene algo que presentarnos. No podemos dejar de atender aspectos viales: las lluvias propician inundaciones y tráfico mil, por lo que hay que tratar de no salir de casa, y en las tardes, eficientar nuestros movimientos a manera de no dar tantas vueltas: manejar amablemente, considerar que los policías tienen que velar por el bien de todos y no de nosotros en particular.

Y bueno, si desea mayor información, acérquese a las oficinas de protección Civil o la Torre gubernamental, precisamente justo donde se comienza a llevar una serie de medidas de ensayo y práctica, para que podamos enfrentar a estos fenómenos tan difíciles e impredecibles.

En la ciudad, el manejo amable para que los peatones, ciclistas y motociclistas no se mojen, será fundamental. Recuerde que muchos baches se “esconcen” en las aguas, por lo que hay que tener muchísimo cuidado con la velocidad y más.

Aunque la lluvia es vida, nos gustaría que la ciudad no sea azotada por éstas, dado que la infraestructura urbana es limitada y no alcanza a dar respuesta a las demandas de la población.

Pero no es cosa de gustos, es cosa de enfrentar los fenómenos como vengan, y seguramente habrá mucha, pero mucha lluvia en nuestra localidad. Esté pendiente y ayude a los suyos a que no tengamos conflictos personales ni de otra índole durante la aparición de los huracanas en mención.

No dejemos a un lado las recomendaciones de los que saben, por favor, y evitemos males mayores. Finalmente, el mayor o menor beneficiado siempre será uno mismo.

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