El soporte financiero y económico de México hace no viable la política del presidente López respecto de dar dinero a adultos mayores, discapacitados, estudiantes, etc., situación que públicamente se sostuvo por aquellos a quienes el presidente López califica de enemigos, “fifis”, etc., en un intento de ridiculizar a quienes le señalan fallas y debilidades en su manera de proceder y de toma de decisiones.
Aunado a la política de gastar sin control en el “pueblo bueno”, el presidente López con su actitud de gallito peleonero, fuera de contexto de un presidente, se enfrenta a los capitales nacional e internacional, generadores de empleo y productores de bienes y servicios, motor de la economía, lo que deriva en disminución de la apertura de fuentes de empleo y con las organizaciones financieras, y se pelea como bravucón, sin objetivos de porqué, para qué y cómo se enfrenta, con quienes le superan en poderío. El asunto es abrir la boca y echar verdades a medias, pues la concentración de poder y de riqueza es una verdad histórica global, el mismo presidente López es un ejemplo de ello pues modifica leyes para poner funcionarios y traiciona a la justicia encumbrando delincuentes.
Para hacer más aguado el lodo en que se cimenta la economía, decide que no se construya el aeropuerto de Texcoco pues “unos cuantos se van a enriquecer” y por este mismo motivo difiere las licitaciones en energía y telecomunicaciones, todas, decisiones contrarias al desarrollo del país, sustentadas en su apreciación personal que no comparte con el pueblo, en actitud de buen papá que cuida a sus hijos, pero les oculta la realidad, lo que significa recorrer un camino pavimentado al infierno.
Sin embargo, la realidad alcanza al presidente López. Las cuentas que él presentó públicamente, no cuadran con las cuentas que validan los encargados de Hacienda, por lo que, desde dentro como suele suceder, el presidente López recibe la señal de riesgo financiero derivado de su política de dividir al pueblo, para conquistar.
Desde Hacienda se restablecerá el cobro de un impuesto desmedido, pues traspasó su tiempo de caducidad, la Tenencia por poseer un vehículo, aunque el presidente López públicamente descartó su implementación. El gobierno de Calderón dejó en los gobiernos estatales la facultad de cobrar o no dicho impuesto, pero el presidente López lo restablecerá pues son más importantes los programas de apoyo social que más impuestos y tendrá de respaldo a millones de mexicanos que le aclamarán por las medidas económicas que imponga, tales como la Tenencia y nuevos impuestos en áreas de oportunidad, como el comercio digital que produce miles de millones de pesos, obliga al cierre de empleos en el mundo, y se desarrolla bajo incipiente reglamentación legal y fiscal, toda medida se le aclamará con tal de que su gobierno pueda seguir regalando dinero