La realidad en el país respecto del estado de vida de los menores de edad deja ver la cruda manera de sufrir de la mayoría de los hogares mexicanos por decisión política que emana del Estado Mexicano que diseña y establece una política de pobreza a propósito al dejar de propiciar un desarrollo social y económico para el pueblo con su decisión de disminuir el gasto social y abatir la calidad y acceso a los servicios públicos fundamentales como educación y salud. La concentración de riqueza actualmente es similar a la situación que estableció el régimen de Porfirio Díaz y que desembocó en la Revolución Mexicana.

De 39 millones de niños en México, 8% son víctimas de inseguridad alimentaria severa y 4 de cada 10 son víctimas de maltrato, se dijo en el Foro para la Ley General de Educación y la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, organizado en la Cámara de Diputados. A esta cifra de espanto del acontecer real en la sociedad mexicana, debe añadirse la tasa de suicidio, 4.3 por cada 100 mil menores entre 10 y 17 años; y además el hecho lamentable de que 8 de cada 100 infantes trabaja.

Para el subsecretario de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública Javier Treviño, el niño tiene derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, alertó que 600 mil niños y adolescentes salen por año del sistema educativo de manera prematura por encontrarse en situaciones de rezago; por lo tanto, se debe mejorar la calidad en la enseñanza y la profesionalización de los docentes de los niveles preescolar, básica y media superior.

“Si bien México invierte mucho en educación, el gasto anual por estudiante de primaria hasta superior es del 19% del Producto Interno Bruto per cápita, el segundo promedio más bajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico que agrupa a 35 países y su misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo.

La población de entre 0 y 5 años de edad en el 2015, es de 12,713 millones, 10% de la población del país. En 2014, 55% de los niños de 2 a 5 años de edad, vivían en pobreza y 13% en pobreza extrema. 60.5% presentaba carencias en el acceso a la seguridad social y 26% en el acceso a la alimentación.

En 1990, de cada mil nacidos vivos, 41 morían antes de cumplir los 5 años de edad. Para 2014, por cada mil nacidos vivos, se registra 15 muertes, disminución de 63%, aún alta, ya que muchas de estas muertes son por causa prevenible. La reducción de la mortalidad infantil resulta en gran medida del esfuerzo en el área de vacunación y de combate a la malnutrición. En 2013, el Programa Universal de Vacunación alcanzó al 89% de los niños de un año y al 98% de los niños entre 1 y cuatro años. La prevalencia de bajo peso en menores de cinco años disminuyó de 11% en 1988, a 3 en 2012; y el porcentaje de niños con baja talla para su edad, fue de 27 en 1988 y 14 en 2012.

Aunque esta prevalencia ha disminuido a la mitad, aún indica que 1.5 millones de niños menores de 5 años se encuentran en desnutrición crónica. En el caso de los niños de 0 a 5 años que habitan en hogares indígenas, la desnutrición crónica es de 33 comparada con el 11 de los hogares no indígenas. Aunque la lactancia materna es el mejor alimento y la mejor vacuna que pueda existir, en México, en 2012, sólo 14% recibieron leche materna exclusiva durante los primeros 6 meses, la tasa más baja en toda América Latina, grave omisión que se origina en el hogar derivado de la frecuente condición de que la mujer que trabaja, no se informa de los beneficios de amamantar, y acepta la publicidad acerca de los laboratorios que promueven sustituto de leche materna.
Educación

Aunque el preescolar es obligatorio en México, únicamente el 42.2% de los niños y niñas de 3 años de edad fueron atendidos por una institución educativa durante el ciclo escolar 2014-2015; para los de 4 años fue el 89%; y para los de 5, el 84.3%.