Para una vida plena es preciso aprender a sobreponernos a situaciones adversas. La emoción más buscada es la felicidad. El fuerte emocionalmente consigue felicidad verdadera y éxito duradero, no como momento de vida, como recorrido. Entiende que las emociones son motor de la motivación. Es consciente de lo difícil que es dominarlas. Las emociones pueden movernos en la dirección incorrecta. Es indispensable manejarlas si queremos ser felices y exitosos a través de:

Confianza: Segura de su valor como persona. No necesita que el público apruebe o aplauda sus acciones. No necesita atención, se siente satisfecha consigo misma, es consciente de que sus logros son resultado del trabajo duro e incesante en toda área de su vida. Entiende que ser persona magnífica requiere mucho esfuerzo.

Resiliencia: La persona emocionalmente rica tiene fuerza interior profunda. Es consciente de que al llegar al éxito encontrará gente envidiosa y cruel, sin embargo, no se deja desanimar por personas negativas: está motivada, sabe que, a más éxito, más impacto crea en la vida de los demás y alcanza su potencial máximo. Al ser su propia fuente de poder, es consciente de las personas negativas y aprende a controlar sus reacciones, y no deja que la intención destructiva le disuada.

Mirada al frente. El individuo emocionalmente rico no tiene tiempo para sentir culpa o criticar. Deja de lado resentimientos, pues sabe que éstos lo retienen lo atan al pasado y considera que es una gran pérdida de energía. Si alguien está resentido con ellos y no deja ir el rencor, se aleja de él. No gasta su energía convenciendo a alguien de que merece su atención. No se amarga, busca mejorar.

Fiel a sí misma: No compromete valores ni creencias en ninguna circunstancia. Hace lo que hace porque ama hacerlo. No está dispuesta a cambiar o a dejar de ser quien es por críticas. Tiene claro que se necesita mente pequeña para criticar una mente brillante. Se aleja de quienes buscan atenuar su brillo. Son fieles a su propósito.

Fe: La persona que se ama a sí misma entiende quién es. No teme ir tras lo que quiere; pacientemente, trabaja sus miedos y dudas para trascenderlos. Este ser sabe que todo lo que hace en la vida se verá reflejado en resultados. Elige vivir con intensidad, no teme realizar un viaje ambicioso o comprometerse para ser feliz y exitoso. Se enorgullece de sus luchas y de sus contribuciones. Elige tener fe sobre sentir miedo.

Madurez: Para los maestros de las emociones, el éxito duradero y la felicidad real sólo provienen del trabajo duro, sudor, desafíos y sobrevivir tormentas. Aceptan que la vida es difícil, y como abrazan esta verdad, son capaces de trascenderla. Ponen la responsabilidad antes del ocio, y eligen la bondad sobre la rectitud.

Capacidad de discernir: No se expone a la gente que la desalienta o desmoraliza: se rodea por personas motivadas, inspiradoras, honestas, comprometidas y que tienen un objetivo claro en sus vidas. La energía es contagiosa; la persona rica sabe elegir bien a sus acompañantes y mantenerse alejadas de las personas negativas.