La ola feminista que recorre y sacude al país tendrá consecuencias más allá del terreno penal y judicial.
En Tamaulipas, ese movimiento hasta ahora social se encamina a dominar otras parcelas: las políticas. Y para ser más preciso, a la política electoral.
No me refiero a alcaldías o a diputaciones, muy manoseadas ya en lo que a equidad de género respecta. Me refiero a la madre de todas las elecciones en un Estado: A la gubernatura.
Si alguien piensa en esta patria chica que este giro radical de la mujer que hoy exige hasta con violencia, respeto y protección a su género, puede reducirse paulatinamente y terminar como una especie de moda pasajera, es un ingenuo. O algo peor.
Desde hoy queda claro que el feminismo trascendió el simple reclamo y empieza una nueva etapa, que conlleva una conquista real del poder. No el que le concedan los varones, sino el que ellas mismas tomen.
En dos años más los partidos tendrán que tomar la decisión. Y el que no elija a una dama como candidata tendrá que buscar con la lámpara de Diógenes a un hombre que sea capaz en lo moral, profesional y políticamente, de dar la pelea. Para ser honesto, en este momento no lo veo.
Ahora, lance un vistazo a las damas que ya calientan motores rumbo a la sucesión.
En el Partido Acción Nacional, sobre rayos y tormentas, la alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, no da tregua en las encuestas, en donde hasta ahora es la edil mejor calificada en Tamaulipas. Y hablamos de Reynosa, el mayor vivero de votos en el Estado. Su hándicap negativo es navegar políticamente en contra del primer panista del Estado.
En Encuentro Social un día sí y otro también, aparece la diputada federal Olga Sosa. Parece no haber tema en donde no tenga opinión o beligerancia, para construir una escalera rumbo a una postulación que bien podría venir de MORENA, ante la falta, hasta ahora, de valores masculinos realmente calificados.
En el Revolucionario Institucional, Mariana Rodríguez Mier y Terán es una revelación para el priismo tamaulipeco. Ningún varón del tricolor estatal ha levantado la voz y la mano de la manera en que lo ha hecho la valiente legisladora victorense para exhibir las irregularidades de administraciones públicas, así como para reclamar la aplicación de la ley. Su ascenso político ha sido ganado a pulso.
Podrían reprocharme que con esta opinión despego los pies del suelo y dejo volar la imaginación, pero harían bien los hombres de cualquier partido en esta geografía en valorar que la mitad del electorado tamaulipeco es coto de mujeres. Y lo que es más inquietante para ellos: Las damas mencionadas tienen también la simpatía de una buena parte de la intención varonil de voto, tendencia que con seguridad se fortalecerá.
En ese marco de expectativas femeninas aparecen las también diputadas federales Olga Juliana Elizondo de Reynosa y Adriana Lozano Rodríguez en Matamoros. Forman junto con la senadora de MORENA, María Guadalupe Covarrubias, una masa grisácea que lo mejor que en apariencia podrían hacer es terminar su período legislativo, ante la ausencia de trabajo tanto en sus distritos como en la Cámara a la que asisten.
¿Puede sumarse otra dama a esa honorable lista de aspirantes potenciales a la gubernatura del Estado?
Por supuesto que sí, en particular dentro de Acción Nacional.
Aún es pronto para manejar este escenario, pero sin duda otra alternativa azul y blanca podría surgir como opción real y con valores indiscutibles. Sus raíces están también en la frontera.
El tiempo lo dirá…

LA FRASE DEL DÍA
“Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”.
Mary Wollstonecraft/Filósofa y escritora inglesa.

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