El maíz genéticamente modificado es el que adquiere una combinación genética a través del uso de técnicas de biotecnología. Para Fundación UNAM se modifican para resistir plagas y tolerar al herbicida glifosato, que la Organización Mundial de la Salud clasificó probable cancerígeno, introducido en 1974 por la empresa Monsanto Co., y desde 1996 aumenta su uso en maíz, algodón, trigo y soya.
De acuerdo con el Expediente Científico sobre Glifosato y Cultivos Genéticamente Modificados (GM) de Conacyt, México es autosuficiente en maíz blanco (híbridos y nativos) y de otros colores (variedades nativas) para el consumo humano y autoconsumo; aunque se importa “alto volumen de maíz amarillo transgénico”, para alimentar animales; transformación en la industria almidonera y en menor medida, para consumo humano.
Una investigación de 2017 encabezada por Elena Álvarez-Buylla mostró que 82% de los alimentos derivados del maíz (antojitos, tortillas, tostadas y más) tenían secuencias de maíz transgénico y el 90% de las tortillas estudiadas. Hace 20 años varias asociaciones buscan prohibir en el país Organismos Genéticamente Modificados (OGM) denominados transgénicos. Conacyt señala: Hay correlación en incremento de más de 20 enfermedades (oncológicas, endócrinas, metabólicas y neurodegenerativas, trastornos sistémicos) y el incremento del uso agrícola del glifosato y del área plantada con soya y maíz transgénicos en EE. UU. Los maíces transgénicos tienen bajo contenido de proteínas, fibras y antioxidantes.
UU., solicitó un panel de resolución en el marco del T-MEC para abordar la medida implementada por México con relación al maíz biotecnológico en respuesta a la prohibición al uso de ese maíz en tortillas y otros productos, alegando que estas medidas carecen de fundamentos científicos y ponen en peligro el acceso al mercado que México se comprometió a proporcionar. La controversia se centra en un decreto emitido por México el 13 de febrero 2023 en el cual se prohíbe el uso de maíz biotecnológico en tortilla y masa, además instruye a agencias de gobierno mexicanas a eliminar gradualmente el uso del maíz en productos destinados al consumo humano y animal.
UU., argumenta que estas medidas van contra décadas de evidencia científica que respalda la seguridad de los productos biotecnológicos y socavan el espíritu del T-MEC. El secretario de Agricultura de EE. UU., subraya que la biotecnología es crucial en abordar desafíos como la inseguridad alimentaria y la crisis climática. La Secretaría de Economía informó que no está de acuerdo con la posición de EE. UU., sobre la violación del T-MEC, por lo cual defenderá su postura ante el panel de controversias. Anticipó que el proceso de defensa será respaldado por la Secretaría del Medio Ambiente, Conacyt y Cofepris, reflejo de la determinación del Gobierno en proteger sus intereses y mantener su política regulatoria.
La Asociación Nacional de Productores de Maíz, EE. UU., apoya la decisión de ir al panel pues el decreto de México va en contra de hallazgos científicos y viola el T-MEC, afectándolos de forma negativa. Los agricultores de maíz no pueden perder a México como socio comercial. La Cámara de Comercio de EE. UU., dijo que el panel confirmará que México viola sus obligaciones en virtud del T-MEC”, y pide establecer otro panel en energía.
José Abugaber, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de México (Concamin), señala que a nivel mundial ningún país pone en duda la inocuidad y seguridad para el consumo humano de productos agropecuarios transgénicos. Para EE. UU., como principal socio comercial de México, el comercio del maíz amarillo es fundamental pues 26% de sus exportaciones se dirigen aquí.