Al grito silencioso de: ¡escúchame! muchas personas hoy en día andan en la búsqueda de misericordia; de hecho, no se requiere ser un profesionista especializado en salud mental, para estar dispuesto a escuchar aquello que nuestro prójimo desea expresar y que denota un evidente sentir por las preocupaciones, que se traduce como dolor y que generan tristeza.
Las personas con gran aprensión emocional, muchas veces se resisten a comunicar lo que sienten por la falta de confianza, por temor o por vergüenza, y dejan que el malestar siga creciendo, a tal grado, que pone en riesgo la estabilidad mental y física; de ahí que es necesario contar siempre con alguien, para ir liberando la presión y evitar así verdaderas crisis nerviosas. “Antes que al médico, llama a tu amigo” (Pitágoras).
Conservar siempre el buen humor, no resulta fácil en esta época, porque se han conjugado múltiples factores para generar malestar; así es que, ante la inminencia de un temporal de calamidades, nunca debemos olvidar que “El ánimo es la más sana medicina” (Salomón).
Todos quisiéramos lograr entender lo que nos hace perder la estabilidad emocional, y nos preguntamos cómo es posible que en la mayoría de los casos conocemos las causas y no hacemos lo necesario para evitar nuestras congojas; entonces debe de existir algo que no nos permite sanar por nosotros mismos, tal vez sea mayor conocimiento para enfrentar los difíciles retos que nos depara la vida; tal vez un enfoque más humanístico de la educación y la medicina, tal vez, verdaderos programas dedicados al bienestar familiar que no tengan sesgos políticos, ni económicos, tal vez formar perfiles profesionales más sensibles al dolor humano. “Daría todo lo que sé, por la mitad de lo que ignoro” (René Descartes).
Debemos de buscar el justo equilibrio de nuestra vida, generando un entorno social más equitativo, procurando siempre tener como premisa el amor, porque “El corazón del hombre puede estar deprimido o alterado. En cualquiera de los dos casos, el resultado puede ser fatal” (Lao- Tsé)
Pensemos que somos la creación más perfecta de Dios y que él nos ha dado todo para vivir, ya sea que te haya tocado tener pocas cosas materiales o muchas, no debemos olvidar que nuestra meta principal es ser felices. Igual se deprime el pobre que el rico, igual sufren, igual mueren. “Luz tenebrosa cuyo destino y cuyo ser esconde la impenetrable niebla del abismo… ¡Sin comprender a dónde, sin comprenderse a sí mismo! (Manuel Acuña).
Nunca debes de perder comunicación con Dios, para ello, fortalece siempre tu fe, que nada te haga titubear, que nada de lo material te doblegue, tu espíritu pertenece al Señor y a él volverá cuando lo haya decidido. “La fe es la continuación de la razón” (William Adams)
Nunca pierdas la esperanza mientras tengas vida, mantén tu ánimo siempre alegre y éste alegrará a tu corazón, sólo así podrás darte cuenta de lo que en verdad cuenta para Dios “La esperanza es el sueño del hombre despierto” (Aristóteles)
La vida es el don más preciado que Dios nos ha obsequiado, si bien es cierto que tendremos motivos para alegrarnos con ella, también los habrá que nos causen tristeza, pero todo ha estado creado en una medida para que despiertes de aquellas pesadillas que te roban el sueño. “Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes una y mil razones para vivir” (Anónimo).
Más se ayuda al desvalido manteniéndolo a flote, que hundirse con él por sus problemas. Mantén tu firmeza con la misma fuerza que te da la fe, con la misma fuerza que te da el saberte hijo de Dios “Nuestra mayor culpa se encuentra en preocuparnos de las culpas de los demás” (Khalil Gibran).
Recuerda que si conoces el amor de Dios, tendrás la oportunidad de encontrarlo también en las personas. “La única persona que necesitas en tu vida, es aquella que te demuestra que te necesita en la suya”.
Dios los bendiga y que tengan una excelente semana.
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