El viernes pasado platique con Don Antonio, sin duda un buen hombre, dedicado al trabajo de campo; tiene un excelente buen humor y un envidiable sentido de responsabilidad en todo lo que hace; me preguntaba si yo procuraba cuidar nuestro medio ambiente, le contesté que sí; él quería poder platicar con alguien que tuviera suficiente autoridad en el municipio, en el estado y si fuera posible a nivel nacional; busca hacerlo porque dice, que es muy necesario que los ciudadanos tengamos consciencia del daño que le estamos haciendo al medio ambiente, al estar consumiendo productos que se venden en empaques que no son biodegradables, no al menos en el corto plazo, y asegura que en este tipo de problemas ecológicos, tanto peca el que mata la vaca, como el que le estira la pata, porque mientras el gobierno les siga permitiendo a las empresas utilizar este tipo de materiales, en los productos que nos venden, así hagan campañas publicitarias para exhibir a la comunidad las consecuencias, la población, debido a su poco interés y baja cultura en el cuidado del planeta, seguirá tirando este tipo de basura en las calles de nuestras ciudades, en los ríos, en las playas, etc.
Comenta también este hombre de 78 años, que él tuvo oportunidad de poder estudiar únicamente la primaria, pero, que para ser consiente del daño que se le puede ocasionar al medio ambiente, no necesitó más que eso además de los valores y buenos hábitos que le inculcaron sus padres y abuelos. Me habló también de los materiales que se utilizaban en el tiempo de sus mayores para envolver las mercancías, como las bolsas de papel estraza, las botellas de vidrio para envasar la leche, incluso, asegura que la alimentación en su niñez y la de sus padres y abuelos sin duda fue de mejor calidad y exenta de químicos y otras sustancias que a últimas fechas se les ha vinculado con la aparición de enfermedades graves como el cáncer.
Le prometí a Don Antonio, que haría pública su opinión por este medio, pero lo exhorté a no desistir en su deseo de buscar un vocero de mayor peso, porque los tiempos cambian y tal vez estemos en el inicio de la verdadera participación democrática, aquella que no desdeña ninguna opinión por tener igual peso que las que pudieran venir de expertos en la materia.
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Lunes de Reflexión
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