La esperanza es lo último que pierde el ser humano, pero la esperanza existe porque existe la fe (SBC).
Y sí, la luz de la esperanza sigue destellando, algunos la ven cerca, otros la ven distante, pero sigue brillando para los hombres y mujeres de buena voluntad.
Difícil se avizora el futuro de nuestro país, de ahí que éste no resulta ser tan distinto, al futuro de muchas otras naciones que han experimentado victorias y fracasos con el devenir del tiempo; más ahora, la situación global nos exige un mayor compromiso para darle viabilidad al planeta, y sustento a todo proyecto o iniciativa que trate de aportar algo significativo para mejorar, y claro, como dice la frase “Si todas las cosas que valen la pena se hicieran fácilmente; cualquiera las haría” será difícil la tarea para aquellos que estén dispuestos a generar acciones positivas, mas, desde mi muy humilde opinión, no es deseable ni recomendable finiquitar todo lo existente, para reconstruir una nación que tenga tal solidez en sus cimientos, que pueda soportar, no solamente los efectos nocivos de los fenómenos naturales, sino tendencias que impulsan un cambio tan profundo, que incluso, trate de deformar al propio estatus natural de nuestra especie.
Aseguran los expertos en conducta social, que el primer cambio que debe de ocurrir, debe darse en cada uno de los que se sienten precursores del nuevo orden social y no aquél que trate de arrancar de raíz la naturaleza del hombre; esto, en razón de que nadie es poseedor de la verdad absoluta, pero no se puede tener una sociedad fraccionada en aldeas, a modo del gusto e intereses de los habitantes, pues son tan diversos, que posiblemente terminaríamos por tener que adoptar otra nomenclatura para definir a nuestra especie, pues de ser humano sólo quedarían los recuerdos.
Conducirse con respeto a los derechos de cada quien, exige también el respeto a los principios y legados que nos fueron definiendo como seres humanos, si no lo hacemos, seguramente cada fracción de la sociedad se constituirá en una entidad con derecho de autodeterminación, y pareciera que, en lugar de ir avanzando, estaremos retrocediendo, entonces diremos aquella frase para avizorar nuestro futuro: Cuando el destino nos alcance, el pasado será nuestro presente.
La esperanza, es lo último que muere en el hombre, que confía en su verdadera naturaleza.
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