Me he propuesto iniciar la semana laboral con el pie derecho, a pesar de que los fines de semana, que se piensa son para descansar, no se logre el objetivo, porque en realidad se continúa con la misma costumbre de acostarse tarde y levantarse muy temprano, por lo que el cuerpo y la mente definitivamente no se logran recuperar de la fatiga generada por las acciones destinadas al trabajo y atención de la familia. Y qué decir de la perenne tendencia de romper con la disciplina que nos imponemos en cuanto a mantener una alimentación saludable, respetando el menú recomendado por los expertos en nutrición; técnicamente podría decirse que todos los días son iguales, al menos, en lo que concierne a darle continuidad a las rutinas establecidas; más, durante la semana que concluye, ocurrieron cosas extraordinarias, que nos invitaron a la reflexión, llegando a la conclusión, que siempre podemos vivir de una mejor manera, promoviendo acciones que fortalezcan nuestra calidad de vida; veamos algunos ejemplos personales: Durante la semana que terminó aprendí un poco más, a leer el lenguaje de mi cuerpo. Muchos de nosotros no advertimos o no hacemos caso de las señales que emanan de nuestra estructura corporal, cuando hemos llevado al límite alguna de sus funciones; si tú no haces un alto, tu cuerpo empleará algunos mecanismos psicofisiológicos para hacerlo. También recibí una nueva lección sobre la capacidad sobrada de nuestro ser para ayudar al prójimo; muchas veces nos damos por vencidos sin intentar nuevas fórmulas para allegarles auxilio a los demás. Aprendí, además, a escuchar con sincera intensión la opinión de los demás, en cuanto a la percepción que se tiene de lo que les sucede, ya que la mayoría de nosotros activamos mecanismos para “defender” nuestro punto de vista sobre los sucesos personales, familiares, sociales, políticos o económicos.

En fin, de todas esas valiosas oportunidades que recibimos en la vida, no sólo espero registrarlas con fines estadísticos, sino que las sumo a las herramientas y habilidades que poseo para ser una mejor persona y dar lo mejor de mí en beneficio de mi prójimo; más, si en el intento sigo fallando, seguramente es indicativo que como ser imperfecto, tengo que seguir aprendiendo hasta alcanzar la madurez emocional y espiritual que tanto anhelo.

enfoque_sbc@hotmail.com