El sol salió para todos, el aire circuló como de costumbre, el motor que mueve al hombre se encendió tempranamente, para iniciar las actividades cotidianas, un tema se discute, un sin número de diferencias que asoma la posibilidad de inducir a las controversias; el ciudadano común, apaga y prende los focos de su hogar por las noches, para descansar, y muy temprano por la mañana, para prepararse a mover el engranaje social. Los problemas de siempre salen a flote en el hogar, la mayoría están relacionados con las necesidades de la familia, si de algo no está conforme la comunidad, es de estar viviendo un proceso muy lento para ver la luz, una vez que se abra la puerta. El padre sale más que rápido rumbo al trabajo, la madre, viendo su reloj, se estresa al ver que se le está haciendo tarde para llevar a los niños a la escuela, a los jóvenes que aún requieren atención especial, porque quieren seguir siendo tratados como niños y se comportan como tal; ambos, padre y madre, antes de arrancar sus autos, checan el tanque de la gasolina, comprueban que al menos hay medio tanque y esto les resolverá medianamente sus problemas más urgentes, lo demás, lo que también es urgente, pero no está en sus manos resolver, primero se lo piden a Dios, porque el hombre suele esforzarse, pero sabe que hay muchos factores terrenales que le impedirán, o le complicarán sus planes y que sólo podrá cumplir a medias.
Pero serán tantas las necesidades del hombre, que siempre ve tan lejano el llegar a un estado de bienestar, donde pueda vivir, no sólo bien, sino con tranquilidad en su conciencia; porque el problema en sí, no son los sistemas, los programas, los procesos que se planean para cumplir las promesas, sino la disposición y la voluntad de los operadores de los mismos, la colaboración de los ciudadanos y los valores positivos que rijan su vida.
Jesucristo nos dice que todo se resuelve con una ecuación muy sencilla: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” porque quien ama a su prójimo, nunca le deseará el mal que no quiera para él y para su familia, y cada hogar representa una parte del cuerpo social, que requiere que funcione correctamente, para salir siempre victoriosos de cualquier reto, cualquier inconveniente, cualquier prueba, para medir su calidad humana.
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