Hace 6 meses una de las patas del comedor de nuestro hogar cedió ante el tiempo y el peso de nuestro apoyo cuando la utilizamos a toda su capacidad, de inmediato mi esposa me dijo que buscara un carpintero, busque en mi agenda de proveedores de servicios y encontré el nombre de dos de ellos, como eran conocidos por

haber realizado algunos trabajos en nuestra casa, no dude en llamarlos, primero le hablé al que había trabajado con mejor calidad y en menor tiempo, el hombre, amablemente quedó de pasar ese mismo día, para valorar la situación y poner manos a la obra, pero lo esperamos en vano, sin molestia lo disculpamos porque pensamos que seguramente tenía otros pendientes; lo esperamos 3 días y decidí hablarle de nuevo para recordarle, el hombre contestó amablemente y sin disculparse me dijo que se encontraba cerca de nuestro hogar y llegaría en unos minutos, pero nunca llegó, en esta ocasión ya no justificamos su proceder, entonces decidimos hablarle al segundo, pero no tuvimos éxito, por lo que decidí hacer un arreglo temporal para habilitar y nivelar la mesa, y digamos el problema se corrigió en un 90%; entonces mi esposa me pidió siguiera buscando quién podría arreglar la mesa de nuestro comedor y resultó que uno de mis pacientes me preguntó si tenía algún trabajo que ofrecerle, le dije que si sabía de carpintería y contestó que él podía arreglar cualquier cosa.

He de reconocer que me gustó su actitud y lo cité por la tarde para que valorara los arreglos y el hombre estuvo puntual a la cita, me pidió lo llevara para comprar un pegamento especial y de inmediato se puso a arreglar el desperfecto, para nivelar la mesa buscó en el cuarto de triques algunos pedazos de madera, el hombre quería que la mesa estuviera bien nivelada, tardo un par de horas, aplicó el pegamento y nos pidió no utilizáramos la mesa en 24 horas, después lo acompañé a la puerta y entonces le pregunté cuánto le debía, él se me quedó mirando y me contestó: _Más le debo yo a usted por atender mis problemas de salud.

Sabiendo que su estado económico es muy precario le insistí, pero se negaba a cobrar, por lo que saque de la cartera un billete y lo puse en la bolsa de su camisa, él lo sacó de ahí y me dijo que era mucho lo que le estaba pagando, yo le contesté: _No sé si es mucho o es poco lo que te ofrezco por tus servicios, no sé, incluso, si tu trabajo vaya a resultar exitoso, pero te puedo asegurar, que si muchos de nosotros tuviéramos tu excelente actitud, tu buena disposición, la humildad y la honradez para resolver problemas, tendríamos el país que todos anhelamos.

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