Siempre es mejor sentir bajo nuestros pies la tierra que pisamos y no sentir su peso sobre nuestros cuerpos inanimados, por eso, camina todo lo que puedas, pero hazlo con plena conciencia, porque sólo así podrás asimilar la sabiduría que irás adquiriendo con tan maravillosa experiencia; y es que caminando se aprenden tantas cosas en cada paso, pues se puede ir dejando atrás la indolencia y la apatía, mismas que te obligaban a permanecer sentado, pensando que algún día te saldrían raíces por las plantas de los pies y así podrías absorber del suelo lo que para ti te tenía reservado.
Siempre es mejor hablar que quedarse callado, y no es porque mantener la boca cerrada sea algo malo, no, es que hablando se puede dejar de seguir dudando, cuando al preguntar encuentras las respuestas a todo lo ignorado, y es que sólo hablando, puedes dar a conocer lo que te está causando alegría o te mantiene preocupado. Habla pues, y hazlo con mucha prudencia, respeto y cortesía, para que no tengas que enfrentar las consecuencias de la imprudencia, por la falta de tacto y de sabiduría.
Siempre es mejor reír que pasártela llorando, aunque la vida no te avise cuándo y cómo has de tener que mostrar al mundo las emociones, que por tu estado de ánimo tienes que mostrar, ríe más de lo que puedas sentir, porque de esa forma, podrás demostrar que en tu sentir, existe la esperanza de que el próximo día será mejor que el que dejaste atrás. Pero si tienes la necesidad de llorar, hazlo con tal intensidad, para que el torrente de lágrimas del mar de tu interior, pueda arrastrar fuera de ti, todo aquello, que de retenerlo, te haría tanto mal.
Siempre es mejor amar, que privarse de hacerlo, porque el amor justificará con mucho tu existencia, y hará que tu presencia ilumine la oscuridad propia y ajena, y será tu luz de tal intensidad, que a los ojos de Dios siempre se mantendrá encendida, y aunque pienses, que de entre la inmensidad de almas en el mundo, la tuya se encuentra perdida, él te encontrará para darte su amor, por ser de las almas, una de las más consentida.
Siempre es mejor vivir, que pensar que se vive, porque nada cuanto hagas, cuando el pesimismo te guíe, te hará valorar que entre lo poco que dices que tienes, la vida es lo más valioso que posees, sólo tienes que vivirla y aceptar con gratitud que tienes el potencial y la sabiduría para saber que primero tienes que aspirar a los bienes del cielo, y después, todo te llegará por añadidura.
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