¿Si te pidiera lo que deseo me lo cumplirías? Me dijo con palabras suaves, con un tono plagado de armonía, tendiendo inmediatamente con ello un puente entre los dos, evidenciando con ello una clara e inteligente estrategia para estimular nuestra existente empatía; entonces yo le contesté: Si yo tuviera el poder para hacerlo, me sentiría tan feliz de poder cumplir tus anhelos.

Así inició nuestra plática, expresando abiertamente una necesidad y dirigiendo atinadamente el mensaje a la persona indicada; y cuando le pregunté ¿por qué me los pides a mí? sonriendo dijo: porque sé, que lo que te voy a pedir está dentro de tus posibilidades. ¿Acaso me conoces tanto, como para saber que estaría más que dispuesto a cumplir tus anhelos? Podrían existir algunos factores que pudiera tomar en cuenta para pensarlo y tal vez no muy favorables para apoyar tu petición.

Entonces, el brillo de sus ojos pareció esfumarse, como se esfumara a la vez aquella hermosa sonrisa, y para completar su sentir corporal, bajó la cabeza y dijo: Discúlpame, no quise molestarte, no sé en qué estaba pensando, yo sé que tú tienes otras prioridades, no sé qué me hizo pensar que yo estaba entre ellas. Y mi respuesta no se hizo esperar, tal y como él lo estaba esperando, por eso le dije: Y por qué te das por vencido a la primera, acaso tu necesidad no es tanta como para luchar para buscar otra solución, en ningún momento te he dicho que no. Entonces apareció de nuevo esa mirada vivaz, que denotaba seguridad y satisfacción, pero vestida de humildad, presintiendo que ya había logrado su objetivo. Entonces le pregunté: ¿Y si te dijera que no, dejarías de amarme? Si me dijeras que no… entonces sabrías que lo que te estoy pidiendo, no tendría ningún valor para compararse con lo mucho que te amo.

Estimado lector, habiendo leído lo anterior, ¿podría usted deducir con que personaje dialogué?

Toda narrativa tiene una intensión, todo escritor quiere llevar a sus lectores a encontrar un motivo que los inspire para abrir una puerta, una ventana, un libro, o para abrirse a todo aquello que los ha frenado para decidirse a decir con toda claridad cuál es su sentir, sobre todo lo que consideran vital para llegar a sentirse satisfechos consigo mismo y con los demás.

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