Esta Navidad quiero una fotografía familiar en movimiento; antes me parecían hermosas las fotos estáticas, pero de tanto verlas, llegué a la conclusión que lo mío no es quedarme quieto por tanto tiempo, porque en cada foto queda atrapado mi tiempo, y vaya que tengo muchas fotografías, por eso, ahora quiero experimentar las fotos en movimiento, sin tener con ello que emular las cintas cinematográficas, simple y sencillamente, dejar ver en las imágenes, la continuación de nuestra vida, experimentar a voluntad el poder salir de cuadro, seguir caminando, seguir riendo, seguir abrazando, seguir besando, seguir obsequiando alegría, y demostrando con ello, que existe vitalidad para mucho tiempo.

En una ocasión, siendo estudiante universitario, un grupo de amigos festejábamos el cumpleaños de un compañero, era una fiesta muy alegre, pero conforme pasaba el tiempo y habiendo bebidas espirituosas, se pasó de la algarabía a la melancolía, llegaron los recuerdos y el ambiente se ensombreció por la nostalgia, uno de ellos, sacó de su cartera una fotografía de su padre, quien ya había fallecido, entonces pidió silencio y dijo: quiero presentarles a una gran persona, nos dio su nombre y detalló todas sus virtudes; al ver su semblante triste, algunos de nosotros nos acercamos para consolarlo, pero parecía que nuestras palabras le agregaban peso a su pena, por lo que optamos por mantenernos relativamente cerca, nuestro amigo se fue deprimiendo al grado que tomando la foto, en una de sus manos, dijo: Te he cargado por tantos años en mi cartera y jamás me has dirigido una palabra, háblame en estos momentos, estas entre amigos; todos guardamos silencio, entonces voltea la foto hacia nosotros y dijo: Véanlo bien amigos, no quiere hablar, siempre fue así, me habló únicamente lo necesario, y la verdad, yo quería que me dijera tantas cosas, entre ellas, quería oírle decir que me quería, que me quería tanto como yo lo quería a él; hace años partió al cielo, y se fue sin decirme nada, se fue callado, como parecía que era; amigos, les voy a dar un consejo, si han sentido que les pasa algo similar a lo mío, no tengan temor de decirle a las personas amadas lo mucho que las quieren, pues yo me mantuve callado tanto tiempo, esperando a que mi padre me dijera que me amaba, ahora vivo con la culpa de haberme mantenido en silencio, porque pienso que tal vez, el esperaba que yo se lo dijera primero.

Amigos, si alguna vez quieren conservar una foto de la persona amada, tomen la foto en movimiento, porque de esa manera, tendrán la esperanza de que antes de partir de este mundo, les regale una sonrisa, un abrazo, les dé un beso o les diga que los ama.

Esta Navidad quiero una fotografía en movimiento, si la felicidad no viene a mí, yo iré tras de ella, no dejaré que el momento me atrape en una fotografía que refleje que estoy congelado en el tiempo.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com