Por más que quiero adaptarme al cambiante estado de ánimo de mis nietos adolescentes, no he podido, pues de momento me abrazan, y a las pocas horas discuten férreamente por cosas triviales, y cuando les pregunto ¿qué les pasa? no me contestan, como si no identificaran el motivo de sus repentinos arranques de cólera; lo más curioso, es que nuestro enfoque de trato para con ellos siempre es positivo, buscando que con ello se fortalezcan los valores de respeto, responsabilidad, honestidad, en fin, esperamos siempre reacciones que muestren gratitud y fortalezcan nuestros lazos de amor.
Siempre se ha dicho que los cambios hormonales en los adolescentes son los causantes de esa conducta impredecible, pero no estoy muy convencido de ello, creo que están traduciendo las buenas acciones de manera equivocada y que mal interpretan los mensajes positivos; algo similar nos ocurría con nuestros hijos en la misma etapa del desarrollo, de pronto, al negarles alguna cosa o tratarles de hacer ver que corrían riesgos con tal o cual conducta, defendían de manera feroz su derecho a equivocarse, y cuando respetábamos su decisión, por lo general enfrentaban dolorosas consecuencias, que debido a su corta edad no podían responder a ellas con una actitud madura, aceptando su error; incluso, con los años, encontrábamos que las experiencias amargas no habían sido procesadas positivamente, pues bromeaban sobre las consecuencias de los hechos y tomaban como un nuevo reto el volver a intentar la vivencia para tratar de salir airosos en esta segunda ocasión, y cuando así ocurría, y volvían a fracasar, de nuevo, no se hacían responsables de sus actos y éramos nosotros los padres los que teníamos que auxiliarlos para sanar sus heridas.
Seguramente los expertos en conducta humana explicarían mejor que yo lo que pasa en esa etapa del desarrollo, pero aun conociendo las causas, puedo asegurar, que los adolescentes no evitarían el experimentar los fracasos.
enfoque_sbc@hotmail.com

Lunes de reflexión
Por más que quiero adaptarme al cambiante estado de ánimo de mis nietos adolescentes, no he podido, pues de momento…