Hay situaciones en la vida que te hacen caer cuando llevas un buen paso, y con ello, te hacen sentir que estás perdiendo la estabilidad y el control de tu existencia; sin duda, son eventos inesperados y muchas veces indeseados, por lo general, son producto de la mala toma de decisiones, aun estando conscientes de que éstas te ocasionarán efectos adversos. En ocasiones, puede más la tentación de buscar calmar tu ansiedad con falsos y nocivos satisfactores que encontramos en la comida, en las bebidas, en el exceso de diversiones riesgosas, incluso, en la toxicidad que puede existir en el entorno laboral y familiar, que el hecho de mantener un buen estado de salud física, mental y espiritual. En ocasiones, resulta que no se aprenden tan fácilmente las lecciones de vida cuando quebrantamos las leyes para mantener un estado saludable o una buena calidad de vida, y te resulta conveniente permanecer en ignorancia, justificando tu proceder, aceptando consignas populares de que la vida no es fácil, de que no hay otra forma de mejorar tu condición, o incluso, teniendo la falsa idea de que permaneciendo en un estado aparente confort, te mantendrá a salvo de padecer complicaciones en tu salud, tu economía o en tu estatus familiar.
Hay un tiempo para todo, y debemos estar alertas para atender las primeras señales de que tu resistencia física está siendo vulnerada, por factores que pueden ser controlados a voluntad, pero que requieren de entrar en conciencia, para aceptarlo y atender estos, para evitar un quiebre de tu estado emocional.
Cada vez hay más elementos nocivos en el entorno, que de no rechazarlos, se sumarán al desgaste propio que se va adquiriendo conforme pasa el tiempo, y a la mala práctica de hábitos poco saludables. Es tiempo de darle prioridad a al cumplimiento de nuestras necesidades personales que generan bienestar.

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